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lunes, 5 de abril de 2010

Cielo abajo

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...Cielo abajo, algunas estrellas apagan sus brillos en frondas verdes y cristalinas de puro aceite. Como un eco maldito, vaga y reverbera para nadie el oleaje de su aciaga memoria.
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martes, 16 de marzo de 2010

Rayos y termitas

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Este paraje con su árbol, su banco y hasta su círculo
estancado de agua seguirán ahí dentro de 5,
10, 15 años a lo sumo;
pero bastará un día sólo,
que pase una sola hora o una milésima de segundo acaso,
para que todo sea distinto.
No sabemos -cómo demonios íbamos a saberlo-,
si un rayo voraz y repentino decidirá segarle el cuello
-sin demasiados escrúpulos, está claro- al tronco sólido
de cuatro hijos principales, o si serán tal vez
las hacendosas termitas las responsables
de que se pudra su corazón por dentro, muy despacio
[-eso sí-,
de puro trabajar -y roer- tanto,
incansables y tediosas;
quién sabe.
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5, 10, 15 años pasan tan despacio, tan deprisa, como la incontinencia inextricable de los rayos,
o el hacendoso destejer de las termitas.
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jueves, 11 de marzo de 2010

Espectro invertido

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Desde el camino, la sospecha cierta de que podías estar en el interior de la casa de cristal esmerilado fue cobrando fuerza. ¿Cómo, si no, interpretar esos reflejos en sombra desparramándose, esa luz irradiando en contorno, de temores amplificada?
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Versión 2Desde el camino, la sospecha cierta de que podías hallarte en el interior de la casa de cristales esmerilados fue cobrando más y más fuerza. ¿Cómo, si no, interpretar esos reflejos en sombra desparramándose, esa luz de absorción irradiando temores, en contorno amplificada?
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domingo, 7 de marzo de 2010

En la jardinera

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Las flores lucían en la jardinera desde el domingo por la tarde, algo temblorosas todavía, y sin embargo tan lozanas que poco importaba que no hubiera retenido su nombre..Se habían encontrado en la calle lo mismo que entonces, como por casualidad o accidente. Igual que la otra vez, apenas habían logrado acallar ante el otro el repentino azoramiento, ni mostrar tampoco los arrestos necesarios para reprimir esa sensación de urgencia, de necesidad aplazada a deshora, y de contratiempo. Él sostenía un ramo espléndido de flores frescas y anaranjadas. Iba a regalárselas a-no-sé-quién, y de hecho se esforzaba por retener ese nombre lábil y escurridizo, cuando de pronto su memoria había salido huyendo. Como si jamás hubieran dejado de recordarse, pensó.
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lunes, 1 de marzo de 2010

Desarbolado

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Con la llegada de los primeros síntomas, el arbolillo empezó a sentir una frescura que creyó general, o cuando menos pasajera. Sin embargo, enseguida se dio cuenta de su error. No lograba entender por qué motivo la Naturaleza había decidido despojarlo a él sólo, a despecho del monte entero, que a sus espaldas lucía un verde tapiz. Viéndose, pues, desnudo y solitario, decidió dejar de ser árbol para siempre. En adelante, renunciaría a las tímidas hojas que le brotaban de vez en cuando, bajo el propósito de que terminaran confundiéndolo con un poste de teléfono. Ha pactado con el jardinero una poda urgente que lo reduzca a sus tres ramas principales. Cuenta para ello con el respaldo ingrávido de algunos pájaros.
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sábado, 20 de febrero de 2010

Árbol adentro

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Te equivocas, no somos sillas, sino ardillas, zanjó la cuestión. Por entre mis patas, a menudo se escurren lagartijas anhelantes de soledad, o bien se refugian sabandijas no menos desconfiadas que tú o que yo misma en otro tiempo, cuando pertenecía a una especie distinta. Ven, corre, toma asiento si quieres; no temas. Quizás al principio mi rostro te parezca feroz, y mi trato te resulte antipático, de modales desmañados; no te rindas. Insiste, confía. Te daré calor, fidelidad. Ven, corre, no temas. Deprisa.
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martes, 16 de febrero de 2010

Luz de lata

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Plata que salta a la vista sin falta.
Luz de lata que si no te atrapa se desbarata.
Tenaza que atenaza. Pilastra cariátide que, aun careciendo de sastre, arrebata,
sin que se altere ni apague su lumbre. Ni apenas descanse. O descuide.
Tanto le da que el sol se ponga, se quite o se apee.
Plateada planta simpática, sin aditivos ni plastas,
ni -por descontado- hercúleas lacras.
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Con su sonrisa perfecta de arrebolada nata.
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miércoles, 3 de febrero de 2010

Nenúfares de flores blancas, terminales

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Ni la sabia que asciende tallo arriba, ni el verde que estalla apoteósico, ni la belleza que asoma siempre (aunque unas veces tarde, o se resista un poco). Ni la vista cansada siquiera, ni el tacto perdido o loco; ni mucho menos la memoria, o el sueño tosco.

Nadie sabe por qué este fragmento de tiempo brota hoy, insolente, en mitad del olvido.

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nenúfar.
(Del
ár. naylūfar, este del pelvi nīlōpal, y este del sánscr. nīlautpala, loto azul).1. m. Planta acuática de la familia de las Ninfeáceas, con rizoma largo, nudoso y feculento, hojas enteras, casi redondas, de pecíolo central y tan largo que, saliendo del rizoma, llega a la superficie del agua, donde flota la hoja; flores blancas, terminales y solitarias, y fruto globoso, capsular, con muchas semillas pequeñas, elipsoidales y negruzcas.~ amarillo.1. m. Planta de la misma familia que la anterior, de hojas acorazonadas y flores amarillas.
DRAE.
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lunes, 18 de enero de 2010

Interrogación

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¿Por qué fuimos expulsados tallos, hojas, brote y raíz del aire y del oxígeno? ¿No nos mostramos acaso lo bastante bellas para vosotros, olorosas, gráciles, flexibles? ¿O fue quizá la timidez de ciertas rosas? ¿De veras os disgustaba tanto el verde rutilante, la aguda humedad de nuestras hojas?
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martes, 12 de enero de 2010

Circunvalación

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Recorrer las aguas con el cuerpo bruñido, soltando destellos cuando hay suerte, sin disfrutar del ansiado descanso ni vislumbrar un destino las más de las veces, puede parecer una tarea difícil; pero basta subirse a tiempo en la debida curva, y darla desde el ángulo adecuado, con la inclinación justa, para percibirlo de modo distinto. Luego, si se quiere, ya será posible abandonarse, flotar despacio, librarse incluso de uno mismo; o bien subir muy rápido primero para precipitarse después desde lo alto, emergiendo a partir de entonces una y otra vez, sin otro objeto que el simple gusto por sumergirse de nuevo.
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Al comienzo, quién lo niega, puede resultar una tarea propia de valientes, de profesionales y expertos; o gentes que simulan carecer de escrúpulos, como si jamás hubieran sobrellevado cargas molestas. Sólo cuando se alcanza el ansiado conocimiento, se apercibe uno de que recorrer las aguas con el cuerpo bruñido es algo que aprendemos a hacer a su debido tiempo. Aunque nunca sucumbamos lo mismo.
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jueves, 7 de enero de 2010

La cicatriz en su herida,

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¿acaso no puede contener un cielo de algodón escarchándose,
una isla de contornos desleídos
de nebulosa cósmica infinita?
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sábado, 26 de diciembre de 2009

Crestas de gallo

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Ha estado desbrozando de malas hierbas todo el camino y justo ahora, rastrillo en mano, se dispone a limpiar de hojas muertas el sendero colindante. Cumple instrucciones estrictas del señor. Por fortuna, el sol no va a calentar demasiado hoy, se dice para sí. A estas flores que se desparraman como racimos de uva madura les sienta bien cierta humedad, aunque luego sean capaces de soportar largos periodos de escasez de agua y sequedad impuesta. La señora desprecia, por el contrario, su exuberancia. Ella es más de lirios y amapolas. De rosas rojas con sus espinas de toda la vida, de siemprevivas y geranios en flor. Ignora qué pueda estar causándole tanto espanto, pero cada vez que sale al jardín, la señora evita por todos los medios cruzarse con esa planta desbocada, de aspecto carnoso y lenguaraz. El señor, ya lo habrán adivinado, la venera en cambio. A él parecen subyugarle esas cabelleras teñidas de rosa palo, tan Amaranthus caudatus; su indiscutible fortaleza y capacidad de resistencia. Siente por ellas verdadera adoración. Mientras la señora anda de acá para allá con los nervios de punta, visiblemente alterada, al jardinero toda esta situación se le antoja de lo más incómoda.
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miércoles, 16 de diciembre de 2009

Humanidad

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Esos seres de andares bípedos me parecieron desde el principio aquejados de un mal perverso, una extraña dualidad que apenas lográbamos descifrar. Como absurda se me antojó la relación que mantenían a dos bandas en un empeño inútil por guardar las apariencias, sobre todo cuando los observaba contemporizando con una mitad que creían detestar, y que yo interpretaba como prueba de su gravosa existencia.


Tras estudiarlos con rigor, determinamos su inclusión como Especie enajenada de cuerpo redundante, con sus dos mitades análogas de por vida, si bien enfrentadas. Fue, de hecho, esa falta absoluta de entendimiento lo que condicionó su clasificación. Tiempo después, la dispar simetría de difícil conciliación no sólo sigue irresuelta, sino que parece cobrar unas hechuras monstruosas.
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sábado, 12 de diciembre de 2009

Tentación

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Si te impido desde hoy, hijo mío, que te acerques, audaz y sigiloso como eres, al Árbol del conocimiento, ese que tú has dado en llamar «de la sabiduría» pero dime: ¿quién te reveló ese nombre?, no es porque te tenga en poco o considere demasiado joven, incapaz de discernir entre sus hojas y brotes; ni siquiera porque te reconozca débil como un tallo de hierba, espantado como esas alimañas que te persiguen en sueños; no. Si te estorbo y prohíbo, hijo mío, si te ordeno e impongo públicamente que no te dejes tentar por la jugosa fruta del aprendizaje es sólo porque yo, Dios todopoderoso, en mitad de tanta perfección como me rodea, he sentido de pronto una punzada de aburrimiento, mon semblable, mon frère!
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jueves, 10 de diciembre de 2009

Ligereza

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Le advierto que determinada ligereza puede llegar a pinchar y a enrojecerle la piel. El brillo y la delgadez han sido siempre cualidades apreciadas, no se lo niego, pero ¿qué decir de su falta de consistencia?, ¿de su excesiva frialdad? No olvide que aun siendo una virtud en figuras de perfil vaporoso, lo ligero suele inocular en sus víctimas venenos mortales de perdición. ¡Desengáñese: aquella ninfa del vestido verde no le conviene!
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domingo, 6 de diciembre de 2009

El que ahora soy

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Y tú, ¿quién eres?
El ALMA de la montaña, me pareció que decía entre susurros de hojarasca y serpenteantes siseos de lombriz.
¿El arpa de la montaña, dices?
No, el A-L-M-A de la montaña, insistieron otros susurros semejantes, algo más graves.
¿Y en qué consiste exactamente ser el héroe de la montaña?
En convencerme un día y otro de que no hay posibilidad de entendimiento, pareció gritarme, el muy insolente.
¿Estás enfadado conmigo?, alcancé a interrogar.
Sólo por el hecho de pertenecer a tan malograda especie, remachó.
¿Y no te cansas de gruñir todo el día?, pude preguntarle aún. Pero esta vez no quiso responderme. Era como si la fuente en cuyas aguas saciaba mi sed se hubiera secado de golpe. El héroe de la montaña había decidido abrir su boca de lobo y zampárseme sin más.


Desde que habito esta gruta he desarrollado asombrosamente mi olfato y oído, al margen de que mi vista haya empeorado. Y aunque este demonio de la montaña insista en llamarme Topollillo, yo hago como si no lo oyera. Sé que un día u otro me vendrán a rescatar.

martes, 1 de diciembre de 2009

Supervivencia

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De aquella arca de Noé varada en mitad del jardín desembarcaron plantas de todas las especies, exhibiendo una lozanía envidiable. Bastaba apreciar con qué facilidad se reproducían y tomaban asiento. A nadie extrañó que los habitantes de aquel jardín fueran ganando en belleza y frondosidad. Por fin crecían satisfechos a campo abierto, a resguardo de la intemperie de otras latitudes. Y llegó el momento de hacerse oír bajo un mismo clamor: fueron aprobados derechos vegetales de diversa índole en un tiempo en que cantidades de arbusto y retama provocaban frecuentes incendios contra la oligarquía de la selva, a la sazón aliada con las peores plagas del lugar.

Cuando parecía que aquello sólo podría enderezarlo un huracán, el ser humano intervino al fin. Resuelto a catalogar la naturaleza entera, ideó encerrarla en grandes naves con paredes de cristal que permitieran la entrada de luz. A la naturaleza no le cupo más remedio que acatar la voluntad del hombre. Ya no tiene prisa ni se impacienta inútilmente: sabe que las épocas y las eras son ciclos de hoja caduca. Vive agazapada.
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sábado, 28 de noviembre de 2009

Considerando

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Si las hojas fueran cuadradas, y los tallos curvos y dóciles, los interiores de las casas estarían decorados con árboles, mientras vuelos caprichosos de mariposa surcaban el cielo del comedor, y tras doblar una esquina, se colaban en el dormitorio de nuestros hogares, empeñadas en posar sus ridículas patitas sobre el cristal esmerilado de la mesilla de noche, nerviosas como crías ante el sueño profundo que se avecinaba.

Ay,
si las hojas fueran rectangulares, e
incluso un poco apaisadas,
de un verde brillante.
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martes, 24 de noviembre de 2009

Naturaleza

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Ante todo, luz desparramándose por cada filo mientras las sombras enfilan su envés desafilado, y los brillos destellan aquí y allá, bajo un trazo previsible. Cuando la luz decaiga, impacientes verdes se abrirán paso oscuros de frío y tibieza; al tiempo que un trasfondo de recuerdos nos late por todo el cuerpo y despierta.
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jueves, 19 de noviembre de 2009

Oxígeno

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El sol esparcía fragancias vegetales mientras las luces de aquel encierro embriagaban como sombras de paraíso. La condensación de oxígeno ascendía por la escalera de caracol de aquel invernadero de cristal, dentro del cual pugnaban por zafarse numerosas ramas, con sus nudos, surcos y raíces. Y entonces me supe fuera del tiempo, a salvo por un instante de tan robusto abrazo.
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"