domingo, 6 de abril de 2008

Primeras palabras

El bebé yergue temerario la cabeza, mira con ojos desorbitados los rostros bobalicones de pura satisfacción de papá y mamá, y se decide por fin: “ma-ma-ma-ma-pa-pa-pa-pa”.

Quizá pudiera resumirse la historia de la humanidad en esos torpes balbuceos. Jamás otros sonidos contuvieron en el curso de los siglos, ni lo cosecharán siquiera en venideros, tanta verdad.

El caso

Aunque la policía tacharía aquel caso de insólito, en realidad se trataba de un suceso trivial: la chica se empeñaba en apretar el paso, pero sólo conseguía con ello estar cada vez más cerca. Su insistencia en perseguirme por delante terminó siendo mortal.
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"