domingo, 19 de junio de 2016

Trescientos cuarenta y ocho

.
campaneo. Dícese del repique en Padua de sus inclementes campanas, capaces de atronar con delicadeza a cualquier hora del día.
.
.

.
.
Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"