Hay gente que realmente cree que el horizonte existe, sin caer en la cuenta de que sólo el sol lo conoce, sólo los pájaros lo intuyen, sólo los gatos lo recorren. Sin esfuerzo aparente, les basta ponerse, echar a volar o saltar por los aires una mañana cualquiera para abarcarlo con sus rayos de patas aladas. Luego, de hecho, ya no saben hacer otra cosa que intentar repetir esa misma conquista una y otra vez, dando vueltas sobre su propio eje, soberbios y satisfechos de sí; convencidos de que, con sus enseñanzas, lograremos traspasar su línea al llegar a viejos.
..
* La foto es de Josep Vilaplana, autor de la bitácora La cua del diable.
..