martes, 16 de marzo de 2010

Rayos y termitas

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Este paraje con su árbol, su banco y hasta su círculo
estancado de agua seguirán ahí dentro de 5,
10, 15 años a lo sumo;
pero bastará un día sólo,
que pase una sola hora o una milésima de segundo acaso,
para que todo sea distinto.
No sabemos -cómo demonios íbamos a saberlo-,
si un rayo voraz y repentino decidirá segarle el cuello
-sin demasiados escrúpulos, está claro- al tronco sólido
de cuatro hijos principales, o si serán tal vez
las hacendosas termitas las responsables
de que se pudra su corazón por dentro, muy despacio
[-eso sí-,
de puro trabajar -y roer- tanto,
incansables y tediosas;
quién sabe.
...
5, 10, 15 años pasan tan despacio, tan deprisa, como la incontinencia inextricable de los rayos,
o el hacendoso destejer de las termitas.
......
.
.
Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"