miércoles, 2 de febrero de 2011

Lo real

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VERSIÓN 1En su casa colgaba el espejo calidoscópico por excelencia, ese capaz de reflejarla múltiple y cambiante como era, y que unas veces insitía en mostrarla completa bajo la sucesión insólita de pasados recuperados; irreal otras, apenas dibujada por la sombra incierta de su memoria borrosa.


VERSIÓN 2De la pared de su casa colgaba el espejo calidoscópico por excelencia, ese capaz de reflejarla múltiple y cambiante como era, completa unas veces en la insólita acumulación de pasados que la definían, irreal otras por un exceso de memoria desdibujada e incierta.

VERSIÓN 3

En su casa colgaba el espejo calidoscópico por excelencia, ese capaz de reflejarla múltiple y cambiante como era: completa en ocasiones por la sucesión vertiginosa de pasados indelebles que se acumulaban; irreal otras, apenas perfilada por su memoria borrosa.

* Paul Delvaux, Le miroir, 1936.
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"