jueves, 7 de julio de 2011

Repliegue

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 Donde la vida se comba sobre sí misma.

 El descenso interior, los pliegues que están
 dentro de los pliegues.


A mí me gustan los bordes.


Hay días sospechosos en que todo cuadra, se reordena,
 adquiere sentido, esos días son el preludio de la muerte.



La vida se llena de surcos que parecen llevar 
a lugares ignotos sin salir de ti mismo.



Me veo así, como un pliegue, 
como un niño que se esconde del miedo.
Juan Yanes

A mí también me gustan los bordes que parecen llevar a lugares ignotos. Esos preludios de la muerte sin salir del miedo, de ti mismo, donde la vida se comba sobre sí misma, y el descenso interior se vuelve un refugio en el que los pliegues están dentro de los pliegues. Hay días sospechosos en que todo cuadra, se reordena, adquiere sentido: esos días son la vida que se llena de surcos. Me veo así: como un niño que se esconde como un pliegue.
Gemma Pellicer, a partir de la variación de los textos de Juan Yanes


* Tanto la secuencia de fotos, que reproduzco invertida o replegada, como los textos, proceden de Juan Yanes, de su espléndido blog El oscuro borde de la luz II.

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"