Guardan ciertas
casas ajenas el misterio del espacio conocido, como si sus muros contuvieran,
rezumantes, nuestros recuerdos, y les bastara revelárnoslos de pronto con sólo
mirarlas. De modo que por casualidad —cómo
si no— consiguen
hablarnos, convencidas de que en esa otra vida que dejamos atrás, ellas habrían
asumido los vacíos en sombra que exudamos a despecho de nuestras siluetas
perfectamente inmaculadas; las cuales, a duras penas, si alcanzan a contenernos.
* Esta foto pertenece al escritor David Ruiz, autor del estupendo fotoblog homónimo http://www.davidruiz.eu/.