martes, 1 de marzo de 2011

Un Delirio de cine

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mIL GRACIAS AL EQUIPO fRIDA, Y A LA AUGUSTA aÍDA g. cORRALES EN PARTICULAR


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"Una de miedo"

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Se derrumba frente a la pantalla con la esperanza de dar con alguna peli o serie de televisión que la entretenga de veras. Scully le sale al encuentro, mientras insiste en decirle a Mulder que se está equivocando una vez más, pues esos resultados no prueban nada, y mucho menos la desaparición de su hermana. Cambia de canal justo en el momento en que Tony Soprano y su sobrino Christopher discuten a grito pelado sobre si éste ha conseguido deshacerse por fin del maldito fiambre. Harta de tanto desacuerdo como ve que existe entre personajes de ficción, pulsa de nuevo el mando a distancia para ver si esta vez da con algo distinto. Clint Eastwood dispara a quemarropa en Sin perdón, mientras en el tercer canal Mister Proper lucha a brazo partido con una mancha endiabladamente resistente. Así que decide apagar la tele y acostarse.
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A las tres de la mañana, sin embargo, la despierta Mister Proper, aunque ella juraría que se trata del mismísimo John Lock de Perdidos, quien ha irrumpido en su habitación con el argumento peregrino de impedir que Los Soprano la conviertan en un fiambre, pues él cree de veras en su inocencia. Le ha prometido conducirla sana y salva hasta el paradero secreto de Clint Eastwood, a la sazón dispuesto a batirse con ella en un duelo formal. Mulder y Scully accedieron hace apenas quince minutos a ejercer de padrinos. A las cinco en punto, listos ya los principales preparativos, todavía no ha aparecido su hermana. Me temo lo peor.

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* Para todos aquellos que no estén muy duchos en el manejo de revistas digitales, les copio el micro que ha sido publicado en este monográfico de cine de la revista DELIRIO. El texto aparece ilustrado, junto con otras obras, por este estupendo cuadro de Roberto Parada. Toda la revista es de infarto. No se la pierdan...
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"