martes, 30 de abril de 2019

Luz de tormenta, de Ángel Zapata


Muertos de hambre


Podría decirse que este nuevo libro de Zapata forma un díptico con Materia oscura, su anterior volumen de microrrelatos. Así, Luz de tormenta nos propone un recorrido de corte poético y onírico a través de un conjunto de prosas breves a caballo entre el microrrelato y el poema en prosa, impregnadas todas ellas de reflexión metafísica, que divide en cinco partes iguales ─compuestas por 11 piezas cada una─, más un epílogo ─de tan solo seis─; mientras que en su libro anterior barajaba ambos géneros con microensayos, cuentos breves y aforismos. Se trataría, en cualquier caso, de una selección de piezas más decantada hacia la poesía o la imaginería filosófica que hacia lo narrativo, aun cuando comparta con aquel su estética de rehuir a toda costa significados basados en argumentos al uso; meros amagos de una literatura fosilizada de la que el autor, en su búsqueda de sentidos esenciales, ha querido prescindir en esta ocasión. No en vano, para comprender las piezas aquí reunidas, el lector sentirá que precisa acercarse al texto de un modo más intuitivo que racional. 


Tras deambular por los escenarios medio arrasados y, con frecuencia, despoblados que aparecen en el presente volumen, nos queda la sensación de haber asistido a un despliegue de imágenes de una intensa carga emocional. El ansia, el vacío y la falta de agarraderos son los temas centrales de los que se ocupa sin descanso. Así las cosas, esta vez me ha parecido distinguir un yo poético que habla mediante alegorías de un mundo irremediablemente disuelto o yermo, y no tanto reducido al caos o al absurdo como sucedía en las piezas de Materia oscura; al mismo tiempo que es fácil detectar en él un puñado de aforismos engastados, de pensamientos en suma, cortados por ese mismo sentimiento de desamparo: «Solo para los otros estaré muerto un día, no para mí» (p. 19); «La vida es una rosa amenazada» (p. 46); o «Nada continúa unido si no es por medio de cadenas» (p. 48). 


El conjunto, muy trabado, va dando paso a una rabia creciente ─cercana al rechazo y a la repulsión─ desde la melancolía y el abatimiento inicial con que se abre el volumen. El poema prólogo del comienzo resulta, de hecho, desolador: como si hablara un yo moribundo o semimuerto, la personificación misma del desencanto, la impotencia hecha carne. Y «Paso a nivel» me parece una muestra elocuente de su empeño: «Ahora busco la frase que diga el pasillo inundado, el agua en que flotan hormigas, pero no viene. En su lugar (…) encuentro una inmensa extensión desértica, ni oscura ni verdaderamente iluminada, parecida a la noche polar». La cubierta, obra del artista Roberto Carrillo, podría reflejar el sentido de esta última frase, de resonancias sin duda existencialistas. A medida que el narrador-peregrino avanza en su deambular errático, salvando la distancia que separa las diversas estaciones de su personal via crucis, el lector descubre que no hay avance posible. Antes bien, «nuestra angustia es delicadamente esférica» (p. 26). «Luz de tormenta», el microrrelato con hechuras de poema en prosa que da nombre al conjunto, estaría expresando asimismo ese forcejeo infructuoso en mitad de un «día que va a nacer, un día balbuciente, anegado de espinas, donde la oscuridad es soberana» (p. 51). 

De ahí que la rabia, su apuesta destructiva y, acaso, revitalizadora, sea para este personaje abatido la única salida que asoma justo en el cierre de la tercera parte, una vez alcanzado el epicentro de este libro-volcán. De ahí también que solo después de constatar que «todo está equivocado. Cuando algo mana, mana deshaciéndose» (p. 55), apueste por el revulsivo de la destrucción: «Hay sospechas de que la Vía Láctea va a entrar en quiebra de un momento a otro. La puerta giratoria de lo real lleva un siglo atascada» (p. 90). Zapata, en suma, ha compuesto una obra preñada de imágenes inquietantes y lúcidas a un tiempo que busca espantarnos las sombras y despejar, en lo posible, nuestro camino hacia la esperanza. Como hace la buena poesía.
* Esta reseña ha aparecido publicada en el número de abril (424) de la revista Quimera.

jueves, 18 de abril de 2019

El antimicro

Yo estaba en medio de ese micro embudo que se lo tragaba todo por culpa de la obsesión del narrador y, de pronto, me dije: "Basta, sal de ahí". En parte, se trataba de desandar el camino para volver a recorrerlo de otro modo. Aunque yo acabara de descubrir que el oscurecimiento literario era un defecto imperdonable cuando no conducía a nada. O sea, casi siempre. Había que atenerse, pues, a la realidad: la gente lee (entiende, proyecta) lo que desea leer (entender, proyectar). A eso se reduce la comprensión lectora. De modo que me dije: "Sal de ahí ahora mismo y déjate de veladuras. Sé claro y lúcido. Mordaz". Y aquí me tienen. Convertido en un diletante de la escritura. Cargando este microembudo como un Sísifo cualquiera. Consumido por él; devorado por él. "Por favor, sáquenme de aquí".

martes, 16 de abril de 2019

viernes, 12 de abril de 2019

752

Impostaba la voz con esmero a falta de una voz propia. Nadie apreciaba la diferencia.



miércoles, 10 de abril de 2019

751


Todo afán es una apuesta.
Un fantasma o apariencia.
Una fabulación.
Un deseo que se encauza
en el mejor de los casos.
Mero mero señuelo.
Un quizá sin remisión.


miércoles, 3 de abril de 2019

Anuario del aforismo español 2018

Muy contenta de participar con un artículo que reflexiona sobre el aforismo y el microrrelato en el primer Anuario del Aforismo español 2018, que ha visto la luz durante el primer encuentro en Sevilla de aforistas, profesores y lectores celebrado la semana pasada (del 25 al 30). En este enlace (https://issuu.com/apea…/…/anuario_del_aforismo_espa_ol_tripa), podéis consultar en línea la revista. 



Aquí, el sumario:

- Textos de reflexión y análisis:
José Mateos, 5
Gemma Pellicer, 10
Carmen Canet, 13
José Luis Trullo, 15
Ander Mayora, 17
Paulo Gatica Cote, 19
Hiram Barrios, 21
José Luis Morante, 24
Homenaje a Dionisia García, 26
- Aforismos inéditos:
Ramón Eder, 27
Gabriel Insausti, 28
Eliana Dukelsky, 29
José Ortega, 30
Manuel Neila, 31
Elías Moro, 32
José Ángel Cilleruelo, 33
Mario Pérez Antolín, 34
León Molina, 35
Antonio Rivero Taravillo, 36
Francisco Ferrero, 37
Ricardo de la Fuente, 38
Miguel Ángel Arcas, 39
Emilio López Medina, 40
Sergio García Clemente, 41
Jesús Cotta, 42
Félix Trull, 43
Aitor Francos, 44
Ramón Andrés, 45
Carmen Camacho, 46
- Entrevista a Manuel Neila, 47
- Reseñas de libros de aforismos durante el 2018, 49


martes, 2 de abril de 2019

lunes, 1 de abril de 2019

Los pescadores de perlas

Si algo me gustaba del microrrelato cuando empecé a cultivarlo allá en los primeros años del siglo XXI era su pertenencia a un territorio bastante virgen, la incertidumbre del género y las posibilidades infinitas que conllevaba por eso mismo. La presente antología a cargo de Ginés S. Cutillas deja claro cuál es el estado de la cuestión casi quince años después de la primera edición de los micros de Quimera que publicaran Neus Rotger y Fernando Valls (Ciempiés, Montesinos, 2005). Hoy como entonces, esta recopilación de piezas resultará útil tanto a los estudiosos del género como a los autores noveles que deseen rastrear el territorio recorrido hasta la actualidad. Por mi parte, estoy muy contenta de participar junto a tan buenos nombres, y de poder seguir cultivando un género que me fascina años después por las mismas razones. 

VV.AA., Los pescadores de perlas. Los microrrelatos de Quimera, Montesinos, Barcelona, 2019. Edición de Ginés S. Cutillas.




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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"