Verdadera naturaleza
Cuando era niña le gustaba morderse los labios hasta provocarse llagas; las uñas hasta el límite mismo de rompérselas; los dedos hasta hacerlos sangrar.
Ahora que ya es mayor le gusta pintarse los labios para redefinirlos; las uñas para aumentarlas; los dedos, de negro tiznado, para devolverlos a su verdadera naturaleza de bruja piruja.
* Lola Valls ilustra en su blog un micro de La danza de las horas (Eclipsados, Zaragoza, 2012) y me alegra de paso el sábado y el domingo. (En realidad, la semana entera).