jueves, 19 de noviembre de 2009

Oxígeno

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El sol esparcía fragancias vegetales mientras las luces de aquel encierro embriagaban como sombras de paraíso. La condensación de oxígeno ascendía por la escalera de caracol de aquel invernadero de cristal, dentro del cual pugnaban por zafarse numerosas ramas, con sus nudos, surcos y raíces. Y entonces me supe fuera del tiempo, a salvo por un instante de tan robusto abrazo.
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"