jueves, 10 de diciembre de 2009

Ligereza

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Le advierto que determinada ligereza puede llegar a pinchar y a enrojecerle la piel. El brillo y la delgadez han sido siempre cualidades apreciadas, no se lo niego, pero ¿qué decir de su falta de consistencia?, ¿de su excesiva frialdad? No olvide que aun siendo una virtud en figuras de perfil vaporoso, lo ligero suele inocular en sus víctimas venenos mortales de perdición. ¡Desengáñese: aquella ninfa del vestido verde no le conviene!
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"