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¿de veras son los sueños
un cúmulo de arbitrariedades?
¿Pueden la imaginación,
la voluntad,
el deseo
ser arbitrarios?
¿Acaso no constituyen
el único arbitraje,
el verdadero arbitrio?
...
...
.
.
Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.
Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"