Ahora bien,
...
¿de veras son los sueños
un cúmulo de arbitrariedades?
¿Pueden la imaginación,
la voluntad,
el deseo
ser arbitrarios?
¿Acaso no constituyen
el único arbitraje,
el verdadero arbitrio?
...
...
.
.
Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.
Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"
¿Es que la imaginación, la voluntad y el deseo pueden no ser arbitrarios?
ResponderEliminarMe llevas a pensar en aquello en lo que jamás me había detenido, Gemma.
Un abrazo,
Esta entrada me resulta extraordinariamente sugerente. El proceso imaginativo como único arbitrio...
ResponderEliminarMe gusta irme de aquí pensando.
Besos
¿Y si la vida toda fuese un sueño entonces lo puramente arbitrario sería la realidad? Gracias Gemma por tus incitaciones filosóficas. Un abrazo.
ResponderEliminarHay consenso y mi legendaria timidez me lleva a no romperlo (también el leve matiz de que estoy completamente de acuerdo): tus textos incitan a pensar, hecho que tratándose de un servidor les añade, si cabe, muchísimo más mérito.
ResponderEliminarBesos, como no puede ser de otra forma, totalmente arbitrarios.
Ahora bien, los Sueños de la Memoria nacen cuando voluntariosamente el árbitro comienza a imaginar.
ResponderEliminarAbrazo arbitrario
arbitrariedades, arbitrarios, arbitraje, arbitrio.
ResponderEliminarEn dos docenas de palabras. La lengua española y su diccionario de uso te deben una muy gorda.
Y enredado en las palabras, el pensamiento audaz.
Tres besos
Gracias de nuevo y besos.
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