sábado, 23 de agosto de 2025

1.060

 



Atender los asuntos del espíritu a conciencia, sin impedimento, embarazo o empacho que valga o constriña, para que los relativos al intelecto discurran, cuando menos, con semejante desahogo.



1.059

 




La querencia del deseo, esa clase de felicidad indómita.

1.058

 



Despejar la mente de pesadumbres vacuas para, desde esa ligereza recién adquirida, concentrarnos en lo que verdaderamente importa: emprender, al fin, un vuelo oceánico.

.
.
Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"