miércoles, 18 de mayo de 2016

Trescientos treinta y tres

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Las verdades más hondas son captadas en el mismo instante en que se manifiestan. De hecho, su hondura depende de la urgencia requerida en emerger, de esa extraña precipitación.
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"