viernes, 10 de abril de 2009

Un ejercicio de modestia

......
En realidad, hijo mío, los árboles pierden sus hojas como un ejercicio de modestia. Para recordarnos a nosotros, especie pretenciosa donde las haya, que ni siquiera somos capaces de mantener un día entero su misma desnudez.
..
Variación 2
En realidad, hijo mío, los árboles pierden sus hojas debido a su extrema sabiduría, recordándonos, ufanos, que para andar por el mundo les basta su desnudez.
..
.
.
Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"