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.....Creemos que los días siguen a las noches y que el tiempo fluye por nuestros olvidos con la misma fuerza y empuje con que lava nuestros recuerdos, pero no es así exactamente. No creo que ocurra de este modo. Sucede que a veces un candil herrumbroso permanece encendido mientras el agua se desborda y derrama, y persiste la misma sensación acuciante de ahogo. Es la luz de la conciencia, me digo, que flamea aunque sigamos a oscuras.
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