sábado, 14 de abril de 2012

Pulsaciones

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La indiscreta ventana del móvil acaba de advertírselo una vez más con crudeza tecnológica: si no deja de teclear, va a creer que es un tío de esos que sale a cenar por ahí y no puede evitar mirar de extranjis el parpadeo de la chica que tiene enfrente, esa que odia las pantallas ajenas y aboga por las relaciones directas, sin filtros, basura spam, banners ni zarandajas; la misma que justo ahora te advierte con pulso cansino que si no renuncias a teclear de forma compulsiva como vienes haciendo, "ya puedes olvidarte de mí".
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* La foto procede de la bitácora de Guillermo Méndez, FugaZes.
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"