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VERSIÓN 1En su casa colgaba el espejo calidoscópico por excelencia, ese capaz de reflejarla múltiple y cambiante como era, y que unas veces insitía en mostrarla completa bajo la sucesión insólita de pasados recuperados; irreal otras, apenas dibujada por la sombra incierta de su memoria borrosa.
VERSIÓN 2De la pared de su casa colgaba el espejo calidoscópico por excelencia, ese capaz de reflejarla múltiple y cambiante como era, completa unas veces en la insólita acumulación de pasados que la definían, irreal otras por un exceso de memoria desdibujada e incierta.
VERSIÓN 3
* Paul Delvaux, Le miroir, 1936.
En su casa
colgaba el espejo calidoscópico por excelencia, ese capaz de reflejarla
múltiple y cambiante como era: completa en ocasiones por la sucesión
vertiginosa de pasados indelebles que se acumulaban; irreal otras, apenas
perfilada por su memoria borrosa.
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Y yo que creo que ese espejo calidoscopio es lo que somos dependiendo de la luna en la que estemos. Lo que necesitaríamos sería un espejo que reflejara la realidad única de nuestra alma.
ResponderEliminarBesos, Gemma.
Un espejo de terrible sinceridad, (peor aún que los ordinarios). ¿Quién desea verse exactamente como es? Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesos
Bello.
ResponderEliminarCasi como un espejo transparente. Qué bien nadas en aguas donde otros moriríamos ahogados. Genial, Gemma.
ResponderEliminarAbrazos.
Tus textos son también caleidoscópicos.
ResponderEliminarMuchos muchos besos.
el engaño típico y utópico del espejo.
ResponderEliminarbuen recuerdo.
El espejo de la mente. Me quedo con la segunda.
ResponderEliminarSaludos.
Me gustan los tres, aunque me inclino un poco más por el segundo.
ResponderEliminarBesos drapeados.
Difícil siempre identificarnos en el mosaico de yoes que somos. Me gustó. Me quedo con el segundo.
ResponderEliminarun abrazo.
Torcuato, qué bueno sería, de hecho, poder casar las lunas planetarias con las de nuestros espejos. Abrazos
ResponderEliminarJavier, qué pregunta más certera... ¿Podría alguien soportar verse a sí mismo con toda crudeza? No lo creo... Besos y feliz fin de semana
Esteban, gracias, y un beso
Agus, celebro que te agraden. Un abrazo fuerte
Lara, mis pobres micros sólo alcanzan a reflejar una parte pequeña de esa realidad inabarcable, ella sí calidoscópica. Un besazo
J.G., ni siquiera el espejo es todo lo fiel que precisaríamos, a veces, para poder mantenernos a flote. Qué le vamos a hacer. Un abrazo
Tipo, 1 punto entonces para la segunda propuesta. Yo me quedo con tu comentario. Muchas gracias, y un abrazo
Lola, coincides con Tipo. Yo me decanto por la segunda o la tercera, que he vuelto a modificar. Un beso y gracias por expresar cuál prefieres.
Agustín, uno más para el segundo... La elección ya está hecha entonces. Te agradezco tu opinión. Abrazos
Pues yo me quedo con la tercera.
ResponderEliminarPocas cosas hay tan fascinantes como los espejos pero entre tus palabras, se vuelven de infinitas posibilidades.
Un gran beso, MegaMaga.
Llego tarde pero me quedo con la segunda yo también...en realidad me quedaría con una mezcla de la segunda y la tercera, me gusta la frase final de la tercera.
ResponderEliminarUn abrazo Gemma.
Mi condesa preferida, los espejos nos ofrecen reflejado nuestro misterio. Por eso me apasionan. Tomo nota de tus gustos. Un besazo
ResponderEliminarRosana, no te preocupes que en estos sueños no tengo por costumbre poner falta nunca. :-)
Ayer volví a corregir la tercera. Creo que ahora la prefiero a las demás. Besos y gracias