viernes, 4 de febrero de 2011

Nuestro corazón

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es un reloj impaciente y tenaz: el único que se atreve a marcar -con furia justa, en dosis comedidas- esos cambios de tiempo -muertos de tiempo muerto y enterrado- entre horas, y de hacerlo a manos llenas, a cada rato; el único capaz de dar cuenta de los minutos que aminoran con veracidad de mareo; el único que hace sonar desde dentro eternos segundos en apenas un segundo escaso; el único que bombea con furia antigua y feroz.


* "De paso con el tiempo" procede de Al trasluz. Blog de Abel Murcia. Apuntes de traducción. Esbozos de fotografía.

13 comentarios:

  1. Furia justa, antigua y feroz.
    ¡Qué cierto, MegaMaga! Es bueno que, al menos, nuestro corazón se atreva, sea valiente.

    Un abrazo, de corazón.

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  2. Buena foto, la de Abel.
    Y nuestro corazón...espero que bombee por mucho tiempo con esa furia antigua y feroz...
    Petons

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  3. Buen juego con el lenguaje y los dobles sentidos. Un fuerte abrazo.

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  4. iba en tus palabras, mientras te leía, frenecido!
    Rogelio Guedea

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  5. Me gustó el ritmo trepidante del texto. Semejante a la cadencia de las pulsaciones. Y el lenguaje rotundo, sin concesiones. Un micro para disfrutar leyéndolo en voz alta.

    Abrazos.

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  6. Sí, Gemma: eternos segundos que transcurren en un segundo escaso. Y le llamamos tiempo.

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  7. Es un equilibrio de bailarina en una masa de toro. Por eso el acierto de la "furia antigua y feroz".

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  8. Lara, mil gracias, guapa.

    Freia, quién tuviera la constancia -y la grandeza- del corazón.
    Un besazo

    Fra Miquel, ojalá; yo también lo espero y deseo. Gracias y un beso grande

    Maite, celebro que te agrade. Un abrazo fuerte

    Rogelio, jaja, no te voy a decir que me alegro porque no creo que resulte muy aconsejable...
    Un beso y muchas gracias por pasar

    Agus, bombear palabras como sangre el corazón. Ese era, en parte, el propósito. Un abrazo

    Araceli, ay.
    Un petó

    Nano, estos textos de equilibrista tienen mucho de malabar, cierto. De hecho, los escribo desde el estómago más que con la cabeza.
    Un beso fuerte

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  9. Es tan intenso que hay que leerlo con furia comedida, tan contradictorio como la vida.

    Gracias y un beso.

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  10. Y además de lo ya dicho, me encanta el final:" el único que bombea con furia antigua y feroz".




    Un abrazo Gemma

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  11. Gracias, Rosana. Siempre me ha parecido que el pasado desplegaba una energía y una fuerza envidiables. Un abrazo

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"