domingo, 6 de abril de 2008
El caso
Aunque la policía tacharía aquel caso de insólito, en realidad se trataba de un suceso trivial: la chica se empeñaba en apretar el paso, pero sólo conseguía con ello estar cada vez más cerca. Su insistencia en perseguirme por delante terminó siendo mortal.
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.
Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.
Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"
Sobre todo, como lo hiciera conduciendo.
ResponderEliminar¿Qué quieres que te diga? Fantástico.
ResponderEliminarUn cuento en la tradición de los Crímenes Ejemplares, de Max Aub.
ResponderEliminarMuy ocurrente la idea de alguien que te persigue por delante.
No hay duda en que era perseguida por su propia sombra.
ResponderEliminarCaray, que dificil !
ResponderEliminarNo hacían falta más palabras.
ResponderEliminarEso mismo le pasó a Hamilton ayer
ResponderEliminar;-)
un saludo
desahogandome.blogia.com
Manuel, chistoso te veo...
ResponderEliminarFreia, querida, muchas gracias. Me animas mucho y yo te lo agradezo (también mi ego). ;-)
Viajero, ¡bingo! Jajaja, ya ves que la red establece extrañas conexiones...
Adanero, según tu versión de los hechos, ¿estaría hablando la misma sombra, una sombra amenazante, más bien? ;-)
Maria Eugènia, no, qué va. Es sólo un juego de palabras.
Víctor, eso mismo he pretendido: contar lo máximo en el mínimo espacio posible. (Premisa de todo buen microrrelato, como ya conoces y praticas).
Desahogándome, ¡no me digas!
¡Ah, la inteligencia de las mujeres! Está claro que nos llevan un siglo, por más que nosotros queramos hacer ver que nos persiguen... ¡por delante, claro!
ResponderEliminarAunque luego mueran.
Abrazos, mega.
El agresor lo tiene siempre más claro que la víctima. Lo has demostrado con muy pocas palabras.
ResponderEliminarJoseba, algunos lo que tienen es un complejazo que no les cabe en el cuerpo (me refiero, claro, a estos casos de muertes por celos, berrinches, o simple tiranía).
ResponderEliminarNán, en efecto, su chaladura los mantiene a flote, de ahí que lleven ventaja siempre, por desgracia...
Sendos abrazos
Está muy bien. Estupendo manejo de la primera persona.
ResponderEliminarMuy bueno, sorprendente.
ResponderEliminarsalu2
ETDN
Muchas gracias, Recaredo y ETDN.
ResponderEliminarY bienvenidos.
Lo de "perseguirme por delante" es todo un hallazgo. Se parece a esa frase que dice "La sabiduría me persigue, pero yo soy más rápido". No sé dónde lo leí, pero también me hizo gracia.
ResponderEliminarSaiz, como quiera que lo único que le pasa al protagonista del micro es que padece de manía persecutoria..., (aparte de ser un asesino, claro).
ResponderEliminarUn abrazo