Cuando se fundieron en aquel abrazo, ninguno de los dos podía creérselo. Justo después de convertirse en un ser hermafrodita empezaron los terribles dolores de cabeza.
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Al placer, le sucedió el miedo y hasta algún arrebato de pánico. Superada la fase inicial de exploración del cuerpo ajeno, en adelante propio, llegó el turno a las interioridades, al descubrimiento íntimo del otro.
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No hubo nada que hacer. Fue inevitable. Desde entonces, ya no se quieren en absoluto.
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Al placer, le sucedió el miedo y hasta algún arrebato de pánico. Superada la fase inicial de exploración del cuerpo ajeno, en adelante propio, llegó el turno a las interioridades, al descubrimiento íntimo del otro.
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No hubo nada que hacer. Fue inevitable. Desde entonces, ya no se quieren en absoluto.
La escultura es de Igor Mitoraj.
Pues qué pena, porque fusionándose cada uno era más y las posibilidades iban a ser menos finitas.
ResponderEliminarPero el amor, o esa cosa, es tan poco agradecido, y tan egoista!!
Eso si entendí algo, claro
un saludo
desahogandome.blogia.com
Tu minirelato tiene una lógica aplastante. El secreto del amor está precisamente en el misterio que encierran las interioridades de los amantes.
ResponderEliminarPor supuesto. En cuanto el deseo deja de ser deseo porque se ha saciado, todo cambia. El misterio se descubre y ya no hay nada por descubrir.
ResponderEliminarHace poco escuché unas sabias palabras: "Lo importante no es desear y llegar a una meta, lo esencial es seguir deseándola ya conseguida".
Cierto sabor de dèja vú. ¿Será que lo he vivido en alguna de mis múltiples vidas?
ResponderEliminarHola, Mega. Gracias por tu visita y tus comentarios. Me encantan los relatos hiperbreves.
¡Nos leemos!
ETDN
Hola Mega ya vuelvo a estar aqui despues de visitar tu otro blog, la verdad es que no se como puedes con dos, yo me siento a veces delante del mío y me quedo en blanco total, encuentro dificilísimo el escribir y admiro a quien lo hace con tanta facilidad.
ResponderEliminarSaludos.
Desahogándome, bueno, yo creo más bien que, tras la fusión (en el relato literal), las cosas empiezan a complicárseles en la misma medida en que el misterio disminuye, tal como apuntan Manuel y Magda...
ResponderEliminarManuel, exacto. La idea me rondaba últimamente, sobre todo después del caso del transexual embarazado (aunque ahora parezca más bien un hermafrodita); pero ya en el Banquete de Platón se alude a esa unión de los sexos en un mismo ser indisoluble en la figura del andrógino, como seguro sabes...
Magda, qué difícil lo que planteas. Supongo que el misterio consiste en eso mismo: en lograr lo que dices.
En tierra de nadie, celebro que te gusten los microrrelatos. He visitado tu página y me han gustado tus escritos especialmente.
Maria Eugènia, benvinguda. Yo tampoco lo sé, jajaja. La idea surgió porque no quería mezclar géneros en un mismo blog, y aunque discutible, pensé que así no despistaba al lector...
Precisamente en la Bitácora de Sergi Bellver, en la categoría de relato ganador del III Premio Diomedea, aparece un relato magnífico de Carlos González Zambrano, alias el Viajero Solitario, titulado "Trueques", que os recomiendo mucho (lo podéis leer al pie de la página de Bellver) .
ResponderEliminarPor partes.
ResponderEliminarPrimero: me ha gustado tu relato. Para la supervivencia de una relación, es fundamental conservar un espacio propio, inexpugnable. Es peligrosa la verdad. Además, cuando se pierde el misterio, ¿qué nos queda?
Segundo: gracias por tus palabras y por recomendar la lectura de "Trueques" (lo tengo publicado también en mi blog). Vaya sorpresa me he llevado.
Abrazos.
Pues yo me lo he tomado por esa fusión entre las dos partes opuestas que llevamos en nosotros mismos. Ya sabes el yin y el yang, las dos caras de Jano, las bifrontalidades, las bipolaridades. No se me ha ocurrido pensar en el amor curiosamente. ¿Será porque cuando mis dos yos se juntan (especialmente siendo Geminis) me desenamoro inmediatamente de mí misma?
ResponderEliminarViajero, es que cuando hice el microrrelato tuve presente el tuyo, que me había gustado tanto.
ResponderEliminarFreia, lo que desarma es la convivencia forzosa. Y de ahí que tus ejemplos sirvan por igual para ilustrarlo. Estoy de acuerdo contigo.
Sendos abrazos
¿El amor es fusión o fisión?
ResponderEliminarUn saludo.
Adanero, habría que contratar a un físico nuclear para que nos aclarase semejante embrollo, ¿no te parece?
ResponderEliminarBienvenido seas a esta casa de ficciones (que no ficticia).
¿En qué diálogo dice Platon que "Amar es dar lo que no se es a quien no es"?
ResponderEliminarEso les pasa a los personajes de la narradora: que se presentan como son.
Jaja, Nán. A buen seguro que por eso lo tienen tan difícil...
ResponderEliminarEn cuanto a la cita de Platón, habría que preguntarles a nuestros ilustrados Animal o Dardo...
;-)
...Aunque trasteando por la red, he descubierto estas perlas sobre El banquete, de Platón:
"Decía Agatón que el amor era bello, bueno y que anhelaba, deseaba, tendía a lo bello, pero todo deseo representa anhelo de algo, que es algo que no se tiene, y que se apetece tener, o si lo tenemos quizá no sabemos si mañana estará con nosotros y lo deseamos tener siempre. Por tanto, si Eros aspira a lo bello no puede ser él mismo bello, sino necesitado de belleza. Y por tanto no es un Dios, pues no es posible un dios sin belleza.
Esta refutación puede parecer cortante pero Sócrates la hace con humildad, y confiesa que a él le ocurrió lo mismo, que él creía que el amor era bello y bueno, y fue Diótima, una sacerdotisa, la que respondió a sus inquietudes".