domingo, 7 de marzo de 2010

En la jardinera

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Las flores lucían en la jardinera desde el domingo por la tarde, algo temblorosas todavía, y sin embargo tan lozanas que poco importaba que no hubiera retenido su nombre..Se habían encontrado en la calle lo mismo que entonces, como por casualidad o accidente. Igual que la otra vez, apenas habían logrado acallar ante el otro el repentino azoramiento, ni mostrar tampoco los arrestos necesarios para reprimir esa sensación de urgencia, de necesidad aplazada a deshora, y de contratiempo. Él sostenía un ramo espléndido de flores frescas y anaranjadas. Iba a regalárselas a-no-sé-quién, y de hecho se esforzaba por retener ese nombre lábil y escurridizo, cuando de pronto su memoria había salido huyendo. Como si jamás hubieran dejado de recordarse, pensó.
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11 comentarios:

  1. me queda de esta lectura, he de reconocer que difícil, la perentoriedad del azar que se nos impone y la fuerza de la naturaleza, lozana y fresca" que se impone con independencia de lo que somos.

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  2. Nano, he vuelto a cambiar el final. A ver si ahora te parece menos difícil.
    (Yo me quedo -para variar- con tu lectura.)
    Un beso

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  3. Un beso, Gemma. Despeja mucho el camino, ese cambio.

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  4. Y bien que lucían, me gusta de ellas ese peso que las hace encorvarse, y de tus palabras: todas, es un bello relato.

    Besos

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  5. después de todo lo que he leído de ti sobre esos seres milagrosos, me gustaría pasear contigo por un jardín

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  6. Me gustó eso de la memoria que sale huyendo.
    Gemma, eres la mejor en sacar partido poético a los jardines.
    Un beso.

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  7. Delicioso encuentro Gemma. A mí lo de la memoria que huye me da pavor, pero en tu expresión me gusta, aunque reconozco que me faltan arrestos para afrontar la fuerza de la naturaleza.
    Un besazo.
    Bienvenida.

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  8. Nano, lo celebro. En realidad, son cuatro los nombres que se ignoran: además del de la flor propiamente dicha (no sólo por parte de la narradora, sino también por la autora, ;-P), ni ella recuerda el de él, ni viceversa. Ni tampoco el de la tercera mujer en disputa... O eso me propuse, no sé si con mucho acierto... Otro más para ti

    Isabel, pues muchas gracias. A mí me gusta que os cautiven un poquito. Por lo menos, todo lo que dura su lectura. ;-P
    Otro beso

    Lara, si alguna vez tienes ocasión de viajar a Berlín, estaré encantada de enseñarte el Botanischer Garten, el primero del mundo en su especie. Abrazos

    Araceli, jaja, tengo que confesarte que mi mala memoria es colosal. ;-)
    (De ahí que me vaya de perlas servirme de las fotos que saqué el verano pasado...) Un abrazo

    Izaskun, fíjate que aunque la memoria huya, la naturaleza recuerda siempre. ;-PP
    (Ergo...)
    Besos

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  9. Gemma, lo rico de los olvidos florales es que dejan el aroma.
    Abrazo floral.
    Sergio Astorga

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  10. Sergio, tu comentario tienes ecos de perfume. (Siempre los tienen. Gracias).

    Justo estaba cambiando el final ("Como si jamás hubiera dejado de recordarme, se dijo para sí.") por este otro: "Como si jamás hubieran dejado de recordarse", que me parece más ambiguo si cabe.
    Un beso que te alcance

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"