jueves, 7 de enero de 2010

La cicatriz en su herida,

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¿acaso no puede contener un cielo de algodón escarchándose,
una isla de contornos desleídos
de nebulosa cósmica infinita?
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20 comentarios:

  1. Yo diría que sí porque contiene en sus círculos su edad y la vida para los demás.
    Duele ver ese corte tan tremendo.

    Besos y felicidad.

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  2. Es una reflexión sugestiva, teniendo en cuenta las nubes que habrá visto pasar cada anillo de esa corteza. O esa isla que ha soportado el oleaje del tiempo. También es un comentario que puede sonar a responso, porque la visión de esa cicatriz causa respeto, como si la cepa fuera en sí misma la lápida una tumba. En cualquier caso, es una imagen llena de magnetismo. Un abrazo.

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  3. Incluso puede contener la música que vence a la muerte envidiosa de armonía.
    A mí me gusta mucho la imagen. Al contrario que a los demás, me parece llena de vida.

    Un abrazo

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  4. Seguro que puede.
    Como pueden tus palabras contener el mundo.
    Un beso.

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  5. Gemma, puede, que hay mas expansión que contención.
    La aceleración es proporcional a la percepción de tu entorno. Como sabes un sencillo malabar metafórico.
    Cósmico regreso.

    Abrazos gravitatorios.
    Sergio Astorga

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  6. Chi lo sa? Cara Gemma. Pero de las nubes se puede esperar cualquier cosa, y más si son nubarrones. Un beso.

    Salud y República

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  7. Claro que sí Gemma. la verdad es que Izaskun ha dado en el clavo así que le "robo" el comentario y me sumo a él.Besos Gemma.

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  8. Vuelvo a contemplar la imagen y pienso en tiempo, incluso he estado tentado de contar el número de anillos. Ese tronco talado es una autopsia del tiempo, un mapa sagrado.

    Un beso.

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  9. O una enorme flor que dibujó una niña y se quemó después en un descuido...
    No, me gusta más el cielo de algodón escarchándose, y la isla perdida, y la nebulosa cósmica.
    Ya sabes que a mí me gustan las cicatrices;-)
    Un beso, Gemma, y buen comienzo de año.

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  10. Y tanto que puede. Ahí estás tú para constatarlo.
    Me encantan las fotos de la naturaleza que remiten a otros espacios, tiempos, tamaños, siluetas.
    El infinito atrapado en un pedazo de corteza o un océano profundo encapsulado en un pequeño charco que queda atrapado en la oquedad de una roca. Me pasaría horas mirando esos trampantojos.

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  11. Preciosa foto y preciso texto.
    Este sino del ser humano, que siempre intenta leer en las huellas y que, ansioso, quisiera dejar las suyas para que otros las lean.
    Estos anillos, cielos, islas y nebulosas, agudizan mi memoria hasta más allá de mí.
    Un abrazo

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  12. Isabel, yo lo creo así. Veo las cicatrices como heridas abiertas en el pasado, cuyos efectos perduran en el presente e incluso en el futuro. Lo mismo te deseo a ti. Un beso

    Pedro, cuando hice la foto, el sol acababa de aparecer por entre las nubes, dándole este aspecto casi maravilloso. Como si la cicatriz recuperara, con los rayos de sol, su condición olvidada de herida. Otro beso

    Freia, una herida que refulge no es cualquier cosa. Ahí está, expuesta sin aderezos, para quien quiera -y sepa- verla. Abrazos y besos

    Izaskun, las palabras contienen el mundo sólo si el mundo las contiene de igual modo. (A eso aspiro, en realidad. Y en caso de no ser siempre posible, a lograr algo parecido al menos. ;-p)
    Gracias, y un fuerte abrazo

    Sergio, las heridas esconden nuestro significado siempre. Y ello a pesar de su naturaleza vergonzante, a veces de apariencia insignificante. Más besos

    Rafa, a mí ese tronco talado me pareció entonces un gran espejo: fiel reflejo de la vida que transcurre, bella y lamentable a un tiempo. Un beso

    Jaja, Marisa, muchas gracias. ¿Acaso no te parece a ti una aspiración básica? ;-p
    Hay que procurarlo a toda costa, claro que sí. Abrazos

    Jesús, en realidad es la pura imagen del tiempo detenido. La misma muerte. El pobre ya no va a poder contar más anillos; sólo podría hacerlo en tanto que herida sin cicatrizar... Más besos

    Olga, lo sé; y de hecho, por eso mismo me alegra doblemente que te haya agradado la imagen. Un beso y feliz año para ti también, que siga sonriéndote como hace. ;-)

    Araceli, en el fondo se trata de un gusto, éste de los trampantojos o de las naturalezas múltiples, que yo también comparto. Posee ecos muy cortazarianos y borgianos: el mundo dentro del mundo, disfrazado o disimulado bajo infinitas formas...
    Una abraçada

    María, para mí constituye esta imagen una vía de conocimiento (y de trascendencia) fundamental. Podemos observar -e incluso entender- el mundo porque éste nos contempla -y contiene- de antemano. La naturaleza como espejo y reflejo; como ejemplo y contraejemplo también. Me ha gustado cómo lo has dicho.
    Un beso

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  13. Por supuesto,y de paso abrirnos una puerta a los mortales a ese
    universo infinito,así lo he sentido,a veces,cuando contemplo el cielo.Abrazos.

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  14. Espero que sea una mesa. Grande. Junto a la que se reúnan muchos, coman algodón escarchado de azúcar, hablen de viajes a lugares poco precisos y bromeen a asustarse con el cosmos.

    Y cuando digo espero, estoy diciendo deseo.

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  15. Bambú, el cielo sería, desde luego, otro trampantojo inmenso, y encima, natural: es cielo y universo a un tiempo en sus luces y tinieblas. Cuando no sueño en sus atardeceres...
    Un abrabeso

    Jesús, gracias, y sé bienvenido.

    Nano, qué madrugador estás. Concedido tu deseo-esperanza. No me parece nada mal. ;-)
    Un besón

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  16. que foto bella y triste a la vez...yo también espero, como Nano, que esa cicatriz sea un cuerpo, algo nuevo y gozoso que disfrutar...

    un beso gordo!

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  17. Gracias, María. Las cicatrices son lo que son: memoria de lo perdido y, sin embargo, todavía vigente; tabula rasa imposible; final de un principio malogrado. Pura conciencia sin aderezos, y vete a saber cuántas cosas más...
    Un fuerte abrazo

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  18. otra vez la música en la pregunta


    un beso gigante de dos mil diez

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  19. ¡Larilla!, besos y abrazos (gigantes, por supuesto) para ti.

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"