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El tango
Aquel hombre bebió para olvidar a la mujer que amaba, y la mujer amó para olvidar al hombre que bebía.
Mario Goloboff, “El tango”, en VVAA, El límite de la palabra. Antología del microrrelato argentino contemporáneo, edición de Laura Pollastri, Menoscuarto, Palencia, 2007, p. 134.
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La olvidadiza
Para olvidar el tango, y al hombre que amaba, la mujer olvidaba a la mujer bebedora para que aquel hombre bebiera amando.
La tornadiza
Para olvidar a aquel hombre (y al tango), la mujer bebedora amaba el hombre que bebía para que la mujer le olvidase amando.
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Agradecimientos
Agradezco que no me hayas amado como lo hubiera querido. Somos dos fantasmas que no tienen de dónde agarrarse. Hubiéramos besado el aire, dado abrazos al espacio vacío. Y no hay nada peor que enamorarse de la transparencia.
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¿Dónde agarrarse?
Nada abraza el aire
como lo hubiera querido.
¿Agradecimientos...?
Que me hayas besado no tiene espacio.
Hubiéramos dado al vacío de qué amar
No enamorarse. No agradecer [decir, agradar, agredir...]
¿Y qué peor hay?
Somos dos fantasmas de la transparencia.