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Tal vez sea como una maraña de arañas reñidas en estampida. O, incluso, parecido a una madeja con hilos que deshilachan y machan; o acaso virutas que se bifurcan y mutan hasta matar. Aunque, bien mirado, casi semejan torrentes desatados que saltan y sobresaltan; regueros tupidos que, de puro estúpidos, se taponan y retuercen hasta el ahogo, cual serpientes que se deslizan y desembocan en remansos sin paz.
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O quizás sean los brillos de una bella interpretación perpetrada por tí acerca de unas ramas rimadas con tu alma.
ResponderEliminarO así es todo interior, que no necesita disciplinarse ante la mirada. Apuesto a que nos sustentamos en "regueros tupidos que, de puro estúpidos, se taponan de ahogo retorcidos".
ResponderEliminarEso explicaría tantas cosas.
"Mutan hasta matar": si sólo fueran las ramas de los árboles, bien andaríamos.
ResponderEliminarUn beso, guapa.
Salud y República
qué dominio, Mega.
ResponderEliminaruoh, como alitera
ResponderEliminarLa pregunta inquisitiva que no cesa a veces también produce en sí misma ahogo.
ResponderEliminarMe gusta ese de sotto in su de tu árbol y tu foto.
Un abrazo de casi partidas (¡aysss1), meine liebste Zaubererin
Isabel, en esta serie del 'Jardín botánico' se produce -vete a saber por qué- cierto trasvase inevitable entre imagen, palabra y pensamiento, aunque este no tenga por qué corresponderse en todo momento con el mío.
ResponderEliminarUn abrazo
Nano, bien hilado y bien hallado. Desde hace un tiempo tengo la sensación de que un hilo invisible -pero tú lo viste siempre, ya me dirás cómo lo haces- recorre las distintas escenas... Yo sólo trato de tirar suavemente de él, por si germina... Un beso grande
Rafa, cuando las palabras afloran y brotan desde la más profunda de las oscuridades un eco cavernoso se les adhiere a la piel, del que difícilmente lograrán librarse... ;-)
Un fuerte abrazo
Lara, la Naturaleza lo domina todo, sí. Incluso a mí. ;-P
Un besazo
Aroílla, tú que tienes nombre de arrullo seguro que sabes que los cantos de los pájaros -y de las piedras- aliteran siempre. Un beso fuerte
Freia, la cuenta atrás ya ha empezado. Un año más, volveré a encontrarme con estos bosques berlineses. A ver qué se cuentan... Muchos besos
Los hilos que nos tejen y enredan...
ResponderEliminarMuy bonito, querida Gemma.
Un abrazo,
Al fin comprendo de una vez por todas qué es la aliteración. Esta pieza tuya debería figurar en los libros de texto. Muchos profesores de literatura te lo agradecerían.
ResponderEliminarUn beso, Mega.
Este lúdico relato logra despegarse de la tierra. Me gustó.
ResponderEliminarUn abrazo,
PABLO GONZ
Gemma, las urdimbres son inquisitorias y si se despliegan, ya en el cielo, ya en la tierra, inquietos quedamos.
ResponderEliminarUn abrazo enmadejado.
Sergio Astorga
Parecen neuronas enredadas en algún mal proceso...
ResponderEliminarIzaskun, los hilos a veces tejen y otras se embrollan, y nos embrollan, sin duda. ;-) Esa foto en particular me dio la idea. Como sugiere Olga, parece una vista al microscopio de las conexiones sinápticas de nuestras neuronas...
ResponderEliminarUn abrazo
Herman, jaja. Pero mira que eres exagerado. No me creo yo que desconocieras tú -a estas alturas de la película- qué cosa sea la aliteración... Besote
Pablo, lo viste muy bien. Aquí el juego que establecen las palabras perseguía que éstas alzaran el vuelo... Yo creo que a la búsqueda le gusta el juego siempre... Un abrazo, y gracias
Sergio, las urdimbres nos traman la vida con tanta urgencia (y pasión) que no hay quién logre luego sacar el hilo de la madeja.
Un abrazo cortesano
Olga, ¡justo! Aquí la aliteración del texto vendría a ser como una especie de corsé dentro del cual las palabras se revuelven más y más... Un beso fuerte
Todo eso pueden ser. Y también árboles desalentados/destalentados que se han quedado si nada que hacer. Un abrazo muy fuerte y admirado.
ResponderEliminarIsabel, desde luego todo pensamiento inquisidor o inquisitivo inquiere, indaga y ahonda de manera sistemática, como si albergara en su seno un poco de impotencia y otro poco de rebelión. Un beso, y gracias
ResponderEliminarLos árboles son poetas pacientes –buena gente- que nos permiten decir todo lo que ellos silencian. Preciso lo que transcribes, al dictado de lo imposible –esos lugares que son ramas y tantas otras cosas-.
ResponderEliminarUn beso y gracias por tu escrito.
eres una malabarista de las palabras Gemma, una excelente tejedora.un beso
ResponderEliminarJosep, al dictado de lo imposible me dispongo con el oído atento. A mí me gusta cómo lo dices tú. Besos
ResponderEliminarMarisa, pues como veo que te gusta tanto, te hago ahora mismo un jersei con ellas. ;-PP
(Ésa ha sido la tontería del día. No me la tengas en cuenta...)
Un beso fuerte
¡Y yo que vi simplemente unos árboles sin hojas!
ResponderEliminarBesos.