Enrique Anderson Imbert, La sandía y otros cuentos,
Editorial Galerna, Buenos Aires, 1969, p. 127.
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Y el aire –quizá el mar- empaña la única vista que me sé; queda la llovida en mis lentes.
-Sal al mar, me dicen.
Cae una gota en la calle.
Enrique Anderson Imbert, La sandía y otros cuentos,
Editorial Galerna, Buenos Aires, 1969, p. 127.
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Y el aire –quizá el mar- empaña la única vista que me sé; queda la llovida en mis lentes.
-Sal al mar, me dicen.
Cae una gota en la calle.
El tango
Aquel hombre bebió para olvidar a la mujer que amaba, y la mujer amó para olvidar al hombre que bebía.
Mario Goloboff, “El tango”, en VVAA, El límite de la palabra. Antología del microrrelato argentino contemporáneo, edición de Laura Pollastri, Menoscuarto, Palencia, 2007, p. 134.
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La olvidadiza
Para olvidar el tango, y al hombre que amaba, la mujer olvidaba a la mujer bebedora para que aquel hombre bebiera amando.
La tornadiza
Para olvidar a aquel hombre (y al tango), la mujer bebedora amaba el hombre que bebía para que la mujer le olvidase amando.