lunes, 16 de agosto de 2010

Eso

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¿Cuántas veces se precisa pensarlo, escribirlo, sentirlo? ¿Bastarán 110, 99?, ¿sólo 6? ¿Podré algún día recitarlo completo, alterarlo en parte, ignorar fragmentos?; ¿o acaso habré de padecerlo, memorizarlo entero, creerlo después? ¿Cuántas veces tendré que gritar, pelear, pelar, helarme? ¿Cuántas vidas se necesitan, al cabo, para eso?
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* La imagen procede de la bitácora plástico-literaria Antojos, del amigo Sergio Astorga.
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11 comentarios:

  1. Diría que hacen falta 88, blancas y negras, las teclas del piano sobre el que Eso se comba e interpreta.
    Es que las palabras a veces...

    Un abrazo

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  2. Todas las vidas para eso. Me quedé maravilladita toda. Encantadísima y alborotada con eso. Creo que por hoy podré afrontar esto.
    Bellísimo, señora maestra.

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  3. Me encanta el título, y pasar al texto ha sido verme arrastrada en el remolino de la memoria hacia un escenario, vestida de novicia, y recitando un verso de Lorca en la obra Mariana Pineda. ¡El trabajo que me costó! Era mi primer papel.

    Genial, querida Gemma.

    Abrazos

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  4. Gemma, no encuentro respuesta para cada una de las preguntas pero si siento consuelo al poder seguir intentándolo.

    Gracias por el dibujo, verdadera y agradable sorpresa.

    Un abrazo de eso.
    Sergio Astorga

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  5. Sergio + Gemma: magnífico tándem. Los misterios numéricos empiezan en la niñez y ya no nos dejan...
    Por cieto, ¿qué os pasa a todos con esta fiebre del diseño bloguero. Cada vez me cuesta más reconocer vuestros blogs.

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  6. Jesus, 88 es un buen número. Las palabras, las vidas, las veces necesarias son aquellas que contienen, en sí mismas, la condición de "justedad"; de donde se deduce que unas veces serán 7, otras 27 y otras aun, por qué no, 88. Un mareo en toda regla, sin duda. Abrazos

    Gracias, alumna Izaskun de las musas (eso sí, aventajada y precoz...) Un beso esta vez

    Isabel, pues me consuela mucho que te guste, porque no las tenía todas conmigo... También me gusta Lorca, e Isabel de novicia ;-)

    En no saber está el acierto; cada vez lo tengo más claro, Sergio buscador de tesoros.
    Un beso, y gracias a ti por dejar que me lleve tus dibujos

    Antonio, a mí también me gusta ese tándem; gracias. Con respecto a la nueva plantilla del blog, después de hacer una breve incursión (pasajera, todo hay que decirlo) en una plantilla que me tenía con el agua al cuello, me decanté por esta otra más de secano... Espero que no te resulte del todo extraña; yo, al menos, pretendí que no traicionara demasiado a la anterior... Un abrazo

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  7. Buen tándem, como dice Antonio, el de tu texto con el dibujo de Sergio.

    ¿Cúantas veces? Setenta veces siete, como todo lo importante.

    Y vaya con los diseños, es verdad, cómo estamos todos. Es que cambia uno un poco la casa y parece que la refresca; no es lo importante, pero es bonito, se agradece la intención de agradar.

    En cualquier caso, yo vengo por la compañía;-)

    Um fuerte abrazo, sister.

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  8. Qué alegría verte por aquí, sister; un sinvivir de veces, desde luego. Y hasta una infinidad de sinvivires...
    Un fuerte abrazo

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  9. El amigo Sergio es un crack y, lógicamente, os vais al pelo el uno al otro.

    ¿Tú crees que "eso" será posible en una sola vida? Porque no estoy seguro del todo de que haya otra. Y si la hay, miedo me da pensar si seré rata de pelo largo o rata de pelo corto. En cualquier caso, totalmente desinteresado de "eso".

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  10. Mucho me temo, querido Ratón colorao, que no queda más remedio que convivir con la duda, tan sempiterna ella. ;-)

    Me apunto a lo del desinterés respecto de "eso", aunque en mi caso sea impostado...
    Besones

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  11. ¡Cuánto llega a angustiar la duda! Y sin embargo, en muchas ocasiones, es la que nos hace seguir avanzando por una o mil vidas.

    Un beso grande y nada dudoso, MegaMaga.

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"