Doscientos once
..
Somos la misma respiración
sostenida,
entre
cortada, de nuestra escritura.
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..
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.
Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"
Quizá por eso, en lugar de un árbol seco, vemos un hombre-tronco tendiéndonos sus bracitos.
ResponderEliminar¿Verdad? A mí también me pareció muy humano.
ResponderEliminarBesos