lunes, 20 de octubre de 2014

Doscientos doce

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En el principio era el verbo, y el verbo alumbraba las cosas. Luego fue el hombre a su imagen y semejanza, y el verbo se descarnó.
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2 comentarios:

  1. Y por si era poco el desconcierto, vino el adjetivo a sentarse en nuestras rodillas.
    Tus palabras, Gemma, nos sacan a bailar cuando se va la luz.

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  2. y luego vino el adverbio, el cual se encaramó tan pimpante sobre el adjetivo, jaja.
    Un petó

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"