I.
Justo cuando trataba de calmar un pequeño escozor recién aparecido en la espalda, el sueño ha dado un giro y de afable ángel ha pasado a convertirse en vil murciélago. El interfecto desconoce todavía las causas de tan fulgurante transformación.
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II.
Justo cuando trataba de calmar un pequeño escozor recién aparecido en la espalda, el sueño ha dado un giro y de afable ángel ha pasado a convertirse en vil murciélago. El interfecto desconoce todavía las causas de tan fulgurante transformación.
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II.
Después de haber fantaseado con que iban a brotarle dos alas suaves y esponjosas de su espalda dolorida, el fauno se ha percatado de que, en realidad, se trataba sólo de dos jorobas incipientes. Sin embargo, dicha aparición ha sido festejada por sus congéneres con el mismo alborozo, con igual rubor.
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Transformaciones que se celebran con rubor. Es bonito.
ResponderEliminarGracias por escribir y ser.
Un beso.
Los murciélagos son los únicos mamíferos que vuelan. En eso se parecen a los ángeles.
ResponderEliminarY asî fue cômo cierto jorobado, en Nôtre-Dame,transformô sus jorobas en alas, y su presunta fealdad por un beso Esmeralda,que lo petrificô de por vida, en la cima de una gàrgola.
ResponderEliminarSencillamente, me gustô, Mega. Gracias por tu prosa y un besote.
Mega, como bien apuntas los seres alados tienen sus imperfecciones y ceremoniales y también su destino puede virar por un simple golpe de viento o de sueño.
ResponderEliminarQuizá, los ángeles son faunos caídos. Crisálidad de la cultura.
Un abrazo convertible.
Sergio Astorga
La belleza, ¡es tan convencional!
ResponderEliminarIzaskun, pues ahora que lo dices, a mí también me lo parece. Un abrazo fuerte
ResponderEliminarSaiz, aunque no todos los mamíferos son ángeles, jaja. Un beso
Eva, a mí también me gustó el giro que le has dado. Ya veo que te gusta variar (quiero decir, hacer variaciones o versiones). ;-)
Sergio, en I. quise, en efecto, que su destino se transformara por completo con el sueño de la muerte; causando la misma sorpresa y asombro que sentimos nosotros cuando somos objeto de cualquier mutación o cambio. En cuanto a lo que dices de II., tal vez tengas razón... Otro abrazo
Nán, desde luego. Que se lo digan si no a ese fauno tan guapo con sus dos jorobas relucientes ;-P
Besazo
Qué fácil es pasar del sueño amable a la pesadilla y viceversa y con qué pocas palabras lo consigues.
ResponderEliminarAraceli, es que en los sueños las cosas suceden así: de sopetón. (Sigo, con todo, puliéndolos y repuliéndolos, según tengo costumbre hacer)...
ResponderEliminarPor lo demás, habría tantas conversiones como personas o pareceres posibles. Así, por ejemplo, en I. un hombre sueña plácidamente con ser un ángel, pero va y se muere de golpe, con lo que es enviado -con la misma rapidez- al infierno, sin tiempo para que pueda reaccionar ante su condena; el fauno de II., por el contrario, terminará aceptando que no le nazcan alas sino jorobas, cuando vea que éstas también son bien recibidas entre sus iguales... Aquí sale mejor parado el fauno que el moribundo, jaja.
de ángel a murciélago... (dos mamíferos con alas...nunca lo había pensado...)
ResponderEliminaruhm
uhm
mira que me haces siempre darle vueltas a las cosas Megamaga...
y la foto impresionante...
beso
María
María, qué bien que sea así. ;-D
ResponderEliminarLa foto la tomé en el Puente del Palacio que hay cerca de la Museuminsel, al final de la Unter den Linden. Es obra del arquitecto Schinkel, y la estaban limpiando, de ahí la presencia de los operarios. Pero a mí me pareció que ascendían para tomar del mismo ángel a ese otro ángel caído...
Besos
Anda, si no te llegó mi comentario... para uno que me sale bonito:-)
ResponderEliminarCon la ilusión que me hacía ser la primera y resulta que voy a ser la última.
En fin, quería decirte que con las transformaciones pasa como con la red, que nunca se sabe: oruga en mariposa, ángel en demonio... fíjate en los pokemon. Tal vez sea necesario que todo fluya para que todo permanezca, si mezclamos a Heráclito con los ilustrados.
Besos.
Yo siempre llego tarde a tus entradas , pero aun así me gusta decirte que son un pequeño tesoro de palabras. Un placer leerte Mega
ResponderEliminarDios mío. Qué tema.
ResponderEliminarOlguísima, pues a mí no me llegó ese comentario. Habrá preferido quedarse en el Limbo. Qué lástima. Yo también lo creo: la red transforma y transfigura. Que sea para bien o para mal incluso puede llegar a ser bastante impredecible. Besos y gracias por insistir (estoy en Madrid)
ResponderEliminarMarisa, muchas gracias por tus palabras amables. Como ves, la última soy yo. ;-P