Pedro, creo que no. Es nuestro sino, aunque los hay que quieren darnos gato por liebre, y se dedican a vendernos humo sólo porque sacan de ello un beneficio personal. Un beso
Isabel, estoy de acuerdo: al menos habría que intentarlo. Aspirar a ello de veras. Besos
Agus, así es. Yo desconfío de quienes viven instalados en certezas sagradas... Revestidas de pureza para más inri. Abrazos
Sergio, lo expresaste con mucha claridad. Gracias y un beso
Elena, mi única certeza es la incertidumbre. Pero entiendo que sin unos mínimos cubiertos se haga imposible avanzar. Un abrazo
Susana, buena pregunta. Eso mismo me planteo yo, aunque no parece que toda la gente -y menos aún, cierta clase política- esté por la labor de revisar -cuestionándose a fondo- ciertos postulados; midiendo las consecuencias de sus acciones más allá de sus narices. Una forta abraçada
¡Cómo me gustaría que conocieras a mi querida Mula! No he sabido encontrar la forma de poder dudar de sus certezas. Cierto es que son pocas, pero no me cabe duda de que son ciertas. Dice, como supondrás a su burda manera, que ante las infinitas mentiras con las que los nuevos de siempre intentan explicar qué cosa es la hierba, ella ha decidido engullirla de forma tranquila y reflexiva. Eso sí, con la coz cargada por si los industriales de la verdad sin fisuras deciden acercarse para pedirle el voto o cualquier otra sandez.
Si como bien dice Sergio Astorga, recapacitar es el recalentado del pensamiento, habrá que admitir que, ante la falta de platos, cocina y cocineros, es probable que día sí, día también, nos acostemos en tristes y suspirantes ayunas.
Josep, la sensatez de tu mula es tal que casi parece salida de la pluma del escritor mallorquín Cristóbal Serra, al que seguro habrás leído... (Si no es así, te lo recomiendo encarecidamente. Él era un gran experto y defensor de estos animales, de su tozudez y sabiduría extrema.) Pe tons
. . Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar… Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado.
¿Nos queda algo por hacer si dejamos de pensar y repensar? (Un lector, desconcertado pero persistente).
ResponderEliminarUn abrazo,
P.D. Me ha gustado verte rodeada de esos bichos que nada por el Amazonas. :-)
Yo creo que sí por partida doble.
ResponderEliminarSi no existiera la certeza en algo, ¿valdría la pena pensar?
Abrazos.
Creo que siempre debe haber algo de cierto e incierto, para que así volvamos a ella. Abrazos.
ResponderEliminarGemma, recapacitar es el recalentado del pensamiento.
ResponderEliminarSalado o en su punto, ahí el dilema.
Abrazo replantado
Yo que sé, pero necesitamos tener certezas de algo, aunque las reinventemos.
ResponderEliminarSemos ansina, que dicen en mi pueblo.
Besos
¿Qué es pensamiento cierto?
ResponderEliminarPedro, creo que no. Es nuestro sino, aunque los hay que quieren darnos gato por liebre, y se dedican a vendernos humo sólo porque sacan de ello un beneficio personal. Un beso
ResponderEliminarIsabel, estoy de acuerdo: al menos habría que intentarlo. Aspirar a ello de veras. Besos
Agus, así es. Yo desconfío de quienes viven instalados en certezas sagradas... Revestidas de pureza para más inri. Abrazos
Sergio, lo expresaste con mucha claridad. Gracias y un beso
Elena, mi única certeza es la incertidumbre. Pero entiendo que sin unos mínimos cubiertos se haga imposible avanzar. Un abrazo
Susana, buena pregunta. Eso mismo me planteo yo, aunque no parece que toda la gente -y menos aún, cierta clase política- esté por la labor de revisar -cuestionándose a fondo- ciertos postulados; midiendo las consecuencias de sus acciones más allá de sus narices.
Una forta abraçada
¡Cómo me gustaría que conocieras a mi querida Mula! No he sabido encontrar la forma de poder dudar de sus certezas. Cierto es que son pocas, pero no me cabe duda de que son ciertas. Dice, como supondrás a su burda manera, que ante las infinitas mentiras con las que los nuevos de siempre intentan explicar qué cosa es la hierba, ella ha decidido engullirla de forma tranquila y reflexiva. Eso sí, con la coz cargada por si los industriales de la verdad sin fisuras deciden acercarse para pedirle el voto o cualquier otra sandez.
ResponderEliminarSi como bien dice Sergio Astorga, recapacitar es el recalentado del pensamiento, habrá que admitir que, ante la falta de platos, cocina y cocineros, es probable que día sí, día también, nos acostemos en tristes y suspirantes ayunas.
Un beso bajo un cielo levemente encapotado.
Josep, la sensatez de tu mula es tal que casi parece salida de la pluma del escritor mallorquín Cristóbal Serra, al que seguro habrás leído... (Si no es así, te lo recomiendo encarecidamente. Él era un gran experto y defensor de estos animales, de su tozudez y sabiduría extrema.) Pe tons
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