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Hay una edad en que
de noche andamos por el agua
y de día por el deseo,
en que afuera
puede llover piedra -si se le antoja-
porque nada nos lastima
por dentro. En que hablamos
a gritos alardeando
y ni siquiera
nos asusta el miedo.
Hay una edad en que
el cielo nos cala de vida
sueño y cuerpo.
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* La foto se titula "Paseo sobre el agua" y es de Guillermo Méndez, autor del blog de fotos FugaZes.
Así es Gemma, hay una edad, como hay un tiempo para todo.
ResponderEliminarA menudo pienso que si bien puede llover piedra porque es como si estuviésemos mudos por dentro, y ya no tenemos nada que perder, ni siquiera el miedo, es entonces, cuando más me rebelo y creo que tal vez lo vivido, pueda abrir sendas, y labrar nuevos futuros...
Un beso.
Edad frágil donde las haya, y por eso mismo llena de fortaleza. Marcada por una mezcla de osadía e inconsciencia. Cabe la esperanza de que sus efectos tarden en desaparecer. Bello pasaje, Gemma.
ResponderEliminar¡Qué preciosidad de texto!
ResponderEliminarUna edad en que todo es posible... tan lejana, tan perdida definitivamente...
Un abrazo navegable, querida Gemma.
La gran pena es que la vida nos arranque, muchas veces, esa osadía -que es la que cambia el mundo- y esas ganas de vivir.
ResponderEliminarTengo una hija que está transitando por esa edad y la disfruto como cuando me tocó a mí.
Un abrazo.
Celebro, además del texto, el formato.
ResponderEliminarComo siempre, gracias a todos por pasaros.
ResponderEliminarAbrazos