Veladura
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Cuando el cuerpo se resiste a deslizarse por la pendiente del sueño, ¿qué clase de conciencia lo vela?
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* La foto se titula "Underwater" y es de Brooke Shaden.
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.
Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"
Este microrrelato me ha producido vértigo, como todo aquello que se mantiene en una frontera, sin caer a un lado u otro, en una especie de limbo. Tremendo.
ResponderEliminarAbrazos desde la vigilia.
Tu propia conciencia, que jamás descansa...
ResponderEliminarBesos
A menudo suele ser la mala, que es como la buena pero sin bondad; tampoco es imposible que sea la buena, que es como la mala pero sin maldad.
ResponderEliminarDe la dicho nada se deduce ni se entiende; de tu escrito, como suele ser frecuente, me queda una precisa inquietud.
Pe tons en duermevela....
Lo vela la conciencia que pesa, que arrastra arrepentimientos, desazones o envidias y odios.
ResponderEliminarMe ha pasado como a Lola, he sentido los efectos físicos del vértigo.
Un abrazo.
Inquietante... Una conciencia que vela, selectiva. Dejas abierta una infinidad de preguntas. Bravo! Abrazos
ResponderEliminarNinguna tal vez, que es un modo alterado de la conciencia, uno-sí- abierto a todas las preguntas. A estas alturas, ya solo entonces. Ay.
ResponderEliminarkisses, sister.
El desvelo puede recrear la vigila que es otro sueño.
ResponderEliminarAbrazos en vela.
La de una madre.
ResponderEliminarbesos
Lola, lo incomprensible siempre provoca vértigo (o eso creo). Un abrazo
ResponderEliminarBB, sí, de acuerdo, pero ¿cuál de ellas? Besos
Josep, será eso que dices, aunque me queda una duda: ¿la mala sin maldad es la buena sin bondad? No lo tengo tan claro. A lo mejor se trata de una especie de hiperconciencia... Una abraçada
Pedro, la conciencia siempre da vértigo. Besos
Agus, yo creo que hay una conciencia que nos vela y otra que nos adormece; tiene que ser así... Besos
Olga, me gusta tu respuesta: a lo mejor incluso se trata de la conciencia de uno mismo, de un darse cuenta -o toma de conciencia- de que nadie más a excepción de nosotros mismos nos va a velar en adelante. Y de ahí el vértigo. (Lo cual se parece mucho a hacerse adulto). De acuerdo con ello, envejecer sería como descubrir que una conciencia ajena (¿la de los hijos? ¿algo parecido a la adquisición de una nueva fe?) vela de nuevo por nosotros. Besos, sister
Sergio, y así hasta el infinito, como en un juego de muñecas rusas. Besos
María, ¡eso quien la tenga! Toda la razón. Besos
Esto me reafirma en mis comentarios del siguiente.
ResponderEliminarLa mala sin maldad es la que nos han regalado en nuestras lejanas comuniones; la buena sin bondad es la que le permite al verdugo dormir sus ocho horas de un tirón -también navegar plácidamente por el adorable Mediterráneo al tiburón financiero-.
ResponderEliminarMolts més petons.