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....Salí a estirar las piernas porque no podía dormir. La oscuridad esparcía misterios bajo la luna encendida. Mientras enfilaba en dirección al monte alcancé a oír un hilo de voz, falto sin embargo del suficiente aliento, como si fueran sólo elucubraciones mías. Seguí adelante con mi paseo. El silencio alimentaba la noche pero las voces crecían.
* La foto es de Isabel Mellado y ha sido tomada con su móvil este mismo mes de septiembre.
en la primera lectura sientes un hormigueo, en la segunda un cierto temor y a la tercera los susurros detrás de ti.
ResponderEliminarMe encanta
Firmo cada letra de las escritas por Elena, Gemma.
ResponderEliminarEste micro es de varias lecturas y cada una de ellas más desazonadora.
¡Excelente!
P.D. Ya te he visto con las pirañas. ¡Felicidades!
Era yo Gemma!!!! Para una vez que te acercas a mis queridas montañas y me dejas bajo la luna, sin aliento, sin abrazo y por si eso fuera poca cosa, sin la posibilidad de mantener mi ridícula e ilusionada carrera en un discreto anonimato (no te pienses que acabó ahí la noche, al poco vino el lobo que andaba un poco burro...ni te cuento).
ResponderEliminarEsta vez, un beso levemente resentido....
La voz rotunada de la conciencia y el silencio del paisaje, de esa puesta de luna. Inquieta, especialmente, que el personaje no sea capaz de discernir la procedencia de esas voces, las suyas. Creo que uno puede llegar a volverse loco en noches así. Me gustó mucho, Gemma.
ResponderEliminarAbrazos.
Elena, Pedro, Josep y Agus, gracias a todos por pasar. Un abrazo
ResponderEliminarGemma, las oquedades de la noche sólo con luna. Paso a paso.
ResponderEliminarAbrazo aumentado
De noche y con una luna así, lo primero es no salir de casa. Aunque, si es con la Isabel Mellado, seguro que sería divertido. Besos
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