martes, 10 de julio de 2012

Verano

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Esta mañana, a orillas del lago, he visto a una garza lucir su elegancia esbelta de brillo y aplomo. Nada la perturbaba en su feliz jornada de trabajo. Ni siquiera mi presencia fiera. 
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* Podéis ver la secuencia entera aquí
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10 comentarios:

  1. Gemma, la única certeza de la garza es su forma. La incertidumbre de su vuelo es la del espectador. El verano entumece los instantes.

    Abrazo aplomado

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  2. Me encanta la imagen que transmites de instante pleno de luz y sosiego. Y no sólo a través de la fotografía. Y a pesar de esa amenaza.

    Abrazos veraniegos.

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  3. Ante tanta belleza y porte pienso: ¡qué sofocón de no haber existido estas cámaras tan estupendas para registrarlo! Además del disparo certero de la dueña, que todo hay que decirlo.

    Un fuerte abrazo.

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  4. La certeza de que este texto es pura ficción nace de ver la foto de tu perfil, Gemma. Imposible aunar fiereza a esa sonrisa.

    Por lo demás, esta pieza trasnmite calidez y paz extrema, justo hasta el giro final.

    Un abrazo,

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  5. ¿Se la comió?

    Ni la imagen ni el título lo sugieren, pero me ha divertido pensar que el "fiero" narrador se recrea en la belleza justo antes de destruirla... ¡merendándosela!

    Mucho me temo que ando desentrenada en desentrañar.

    Miles de besos, Zauberinita.

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  6. Sergio, la única certeza de la garza es su indiferencia. Nos creemos el centro de todo pero la garza se comportó en todo momento como si no existiéramos siquiera. Toda una lección de majestad. Besos!

    Lola, yo perseguía al ave y cuando me plante delante de ella para fotografiarla, no sólo no se asustó sino que parecía que posara como si quisiera mostrarnos su elegancia natural. Rompió del todo mis expectativas. Un beso

    Isabel, yo siempre voy cámara en ristre, jaja, para evitarme precisamente esos sofocones de rabia. Celebro que te guste. Un beso

    Pedro, no andas desencaminado. Y, sin embargo, seguro que ya conoces aquello de que estrategias tiene la ficción... :-) Otro beso

    Freia, si el narrador fuera servidora, ya te aseguro que no sería capaz ni de herirlo siquiera, como insinúa Pedro; ahora bien, si el narrador es un león, no te quepa la menor duda... También existe la posibilidad de que el narrador fuera fotógrafo, con lo que el disparo quedaría garantizado de todas formas. ¡Muchos besos! (¿Desentrenada tú? Para nada.)

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  7. Majestuosa indiferencia la que has captado. Desde luego, esa altiva dignidad adquiere un tono muy distinto si vamos barajando las muchas posibilidades de la fiera amenaza. Por suerte, eras tú;-)
    Kisses, sister.

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  8. Jaja, Olga. Alguien ha vuelto a pillar a alguien. :-) Un besazo

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  9. Si tú eras las fiera, la garza, con un solo vistazo con un solo ojo, sería capaz de dejar a sus crías a tus pies, de una en una, mientras ella va de caza.

    No son listas ni ná, las aves.

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  10. La garza, de espaldas como estaba, en escorzo y seguramente guiñando -por el exceso de luz reflejada- el único ojo que mostraba ¡ni se inmutó siquiera!

    ¡Ay, mísero de mí, y ay infelice!
    (Besos)

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"