..
..Un destello que anhela permanencia, aspirando a ser reflejo; un árbol que sombrea y luego, sencillamente, un deambular pausado y diligente del campo por la luz, que cuartea espejos y apariencias a brochazo limpio, embarrándolo todo como cartón mojado, sin contemplaciones. A las doce en punto del mediodía la emboscadura se remansa y aquieta, desvelando su condición de barro, de légamo y limo sin fin.
..
A mí me parece que de nuevo, detrás, está el tiempo. En este caso el tiempo que no es, y que se desvela en ese reflejo, dentro del espejo, que hasta entonces parecía haber pasado.
ResponderEliminarAbrazos.
Gemma, enigma y desafío el dardo de luz.
ResponderEliminarAl medio día el tiempo es estatua.
Abrazo y reflejos
Has escrito una fotografía precisa. ¿Utilizas Leica, Nikon o Cannon para aquietar la luz en tus relatos?
ResponderEliminarUn petó xic envejós....
Agus, llevas razón: en este caso la foto mostraría una escena en la que el juego de luces y sombras confluyen en un paraje en donde reina la quietud y cierto remanso, como si su belleza fuera resultado de esa ausencia (momentánea) de tiempo. Abrazos fuertes
ResponderEliminarSergio, el tiempo avanza quedo, se aquieta, y luego se desenvuelve para volver a empezar. Muy cierto. Un beso
Josep, la cámara con que saqué esta foto es -curiosamente- bastante modesta: una Samsung; lo que me hace pensar que el paisaje se bastaba por sí solo...
Abrazos
Así pues, no se trata de los colores como la forma en que la luz se posa sobre ellos, sino de los objetos utilizando la luz para una fiesta de disfraces.
ResponderEliminar¡Pura poesía!
ResponderEliminarAbrazos.
Nano, los juegos de luces y sombras seducían ese día por bellos y misteriosos, cuánta razón.
ResponderEliminarIsabel, y yo que lo celebro.
Besos para ambos!
Hoy tu texto es pintura, y pintura de un momento: ese movimiento que se aquieta se percibe, se respira.
ResponderEliminarPreciosa la fotografía, también.
Abrazos