Ya estoy, aquí (tarde, como el conejo de Alicia, pero estoy).
Primero: gracias y gracias por la dedicatoria. Sabías que me iba a llegar fuerte, ¿eh?
Segundo, por la hondura. Y en este caso llamo "hondura" a lo que provoca lo mismo que un fragmento de jazz o de flamenco: algo breve que hace que te pierdas horas en ti mismo. Es lo que han dicho los dos comentaristas anteriores. No hay otra perspectiva diferente.
. . Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar… Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado.
Poéticamente melancólico y veraz. Dos veces triste...
ResponderEliminarMe encantan estos nanos numerados, Gemma
Rotundamente de acuerdo con Patricia.
ResponderEliminarA mí no deja de parecerme increíble lo hondo que se puede llegar, lo mucho que se puede contar con doce palabras.
Mis aplausos, Gemma.
Un abrazo,
Patricia y Pedro, gracias por vuestros comentarios
ResponderEliminarYa estoy, aquí (tarde, como el conejo de Alicia, pero estoy).
ResponderEliminarPrimero: gracias y gracias por la dedicatoria. Sabías que me iba a llegar fuerte, ¿eh?
Segundo, por la hondura. Y en este caso llamo "hondura" a lo que provoca lo mismo que un fragmento de jazz o de flamenco: algo breve que hace que te pierdas horas en ti mismo. Es lo que han dicho los dos comentaristas anteriores. No hay otra perspectiva diferente.