Esta mañana he telefoneado a mi doctora para informarla que mi colesterol se debe, sin duda alguna, a un exceso de sueños saturados (aquellos formados por un átomo de carbón, uno de hidrógeno y dos de melancolía por todo aquello que no fue y probablemente tampoco será) .
Agus, tal vez sea como dices y nuestros sueños se alimentan de carne. Un beso
Araceli, jaja. Quita, quita. Que se está muy bien soñando y engordando. Besos
Pedro, no estoy segura. Aunque, ahora que lo dices, es probable que las pesadillas se alimenten de nuestra hambre... Un abrazo
Sergio, jaja, me lo temía. A soñar entonces. Besos!
Isabel, haces bien. Yo también comparto la buena costumbre de desayunar fuerte para crecer mucho y hacerme grande. Besos
Ada, justamente. Diste en el meollo del asunto. Un abrazo fuerte
Freia, pues como Segismundo te veo... ¿Qué tal van esos vídeos? Espero que no progresen demasiado y que puedas descansar lo que necesites. Muchos besos
Josep, desde luego yo también debo tener el colesterol de sueños altísimo. Menos mal que se trata del bueno... :-) Petons!
. . Hermosa vida que pasó y parece ya no pasar… Desde este instante, ahondo sueños en la memoria: se estremece la eternidad del tiempo allá en el fondo. Y de repente un remolino crece que me arrastra sorbido hacia un trasfondo de sima, donde va, precipitado, para siempre sumiéndose el pasado.
De qué se alimentan nuestros sueños? miedo me da ;)
ResponderEliminarPreciosa foto
Un abrazo
Y me temo que estos al final desaparecen, dejándonos en los huesos, famélicos. Toda una teoría de la vejez. Detrás, el tiempo.
ResponderEliminarAbrazos.
¿Dejar de soñar para adelgazar?
ResponderEliminarA ver si será eso...
¿Nuestra hambre crece con las pesadillas?
ResponderEliminarMe dejas, siempre, pensando, Gemma. Por ello, gracias.
Un abrazo.
Gemma, me confieso sin pudor: Carnívoro.
ResponderEliminarAbrazo termino medio.
Sergio Astorga
Yo he tenido esta noche uno muy hermoso, pero a pesar de haberme levantado satisfecha no he perdonado el desayuno.
ResponderEliminarAbrazos.
¿Y si se secan los sueños, la carne se enferma, se pudre y se muere?
ResponderEliminarInquietante reflexión
Saludos
Así estoy yo... de pasarme la vida en un sueño.
ResponderEliminarBeso encarnado, meine Zauberin.
Esta mañana he telefoneado a mi doctora para informarla que mi colesterol se debe, sin duda alguna, a un exceso de sueños saturados (aquellos formados por un átomo de carbón, uno de hidrógeno y dos de melancolía por todo aquello que no fue y probablemente tampoco será) .
ResponderEliminarUn beso bien despierto, Gemma
Anita, un bucle infinito, sí. Un abrazo!
ResponderEliminarAgus, tal vez sea como dices y nuestros sueños se alimentan de carne. Un beso
Araceli, jaja. Quita, quita. Que se está muy bien soñando y engordando.
Besos
Pedro, no estoy segura. Aunque, ahora que lo dices, es probable que las pesadillas se alimenten de nuestra hambre... Un abrazo
Sergio, jaja, me lo temía. A soñar entonces. Besos!
Isabel, haces bien. Yo también comparto la buena costumbre de desayunar fuerte para crecer mucho y hacerme grande. Besos
Ada, justamente. Diste en el meollo del asunto. Un abrazo fuerte
Freia, pues como Segismundo te veo... ¿Qué tal van esos vídeos? Espero que no progresen demasiado y que puedas descansar lo que necesites. Muchos besos
Josep, desde luego yo también debo tener el colesterol de sueños altísimo. Menos mal que se trata del bueno... :-) Petons!
Por eso a los viejos se nos van quedando esas patitas de alambre, porque comemos de lo que más necesitamos.
ResponderEliminarImpresionante paso del micro al aforismo.
De ese museo, todo lo que recuerdo es belleza.
La que tú nos aportas siempre...
ResponderEliminarBesos, Nano