sábado, 7 de enero de 2012
Cuatro
¿Qué cosa es el ser: sombra, reflejo o realidad? Modestamente, creo que sin deseo de ser no hay simulacro ni espíritu que valga.
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* La foto pertenece a Isabel Mallén y procede de su bitácora El costurero.
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.
Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.
Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"
Está claro que si uno no quiere ser, desaparece, o se vuelve invisible :)
ResponderEliminarLa foto preciosa. Y si; si no hay deseo de ser, el "ser" queda como desenfocado, como en aquella película de Woody Allen, ahora no recuerdo el título , Aish! ;o)...
ResponderEliminarpetó
Estoy de acuerdo Gemma,
ResponderEliminaryo también creo que la voluntad es uno de los rasgos diferenciadores. Lo que me asombra es que puedo estar de acuerdo a posteriori, pero aquí siempre me encuentro con reflexiones en las que nunca hubiera caído.
Besos pensativos :)
El deseo es lo que mueve la vida. Sin éste, llega la muerte.
ResponderEliminarMuy bien plasmado.
Par de abrazos.
Has sabido extraer de esta preciosa imagen, que tomo Manolo en un arroyo, la esencia que guarda.
ResponderEliminarGracias, Gemma, por completarla con tus pensamientos.
Curiosamente en tertulias con amigos él siempre ha mantenido que la voluntad es un deseo mayor que otro. Siempre que tocamos el tema es muy interesante lo que genera.
Un fuerte abrazo.
El ser debe ser algo así como lo que queda de un pollo al que le han quitado las plumas y van a meter en el horno.
ResponderEliminarGemma, mi ser es la realidad que refleja mi sombra, vamos, como el pollo antes de ser horneado.
ResponderEliminarAbrazo frito.
Sergio Astorga
Maite, el no ser también es (de hecho) un modo de ser. Ahí tienes a los místicos y a los ascetas... Un abrazo!
ResponderEliminarFra Miquel, yo creo que efectivamente habría como diversos grados de ser, que se corresponden con diferentes voluntades de ser. No todos somos por igual y en igual medida en cada ocasión. Genial la peli de Allen. Un petó
Rocío, hay existencias que alcanzan su definición en la vaguedad, mientras otras aparecen subrayadas y hasta excesivamente perfiladas... Se puede morir también por exceso de existencia. O eso me parece a mí. Un beso
Lola, a veces una sombra posee más sustancia que la materia que la genera. El deseo lo es todo, sí. Besos
Isabel, la voluntad es medio ser. O media vida, muy cierto. Cuántas existencias no habrá por ahí carentes de sombra y de perfil que las sustente... Un abrazo doble
Nano, muy buena tu imagen de pollo o gallina desplumada... La completud del ser roza siempre lo putrefacto, qué duda cabe. Besos
Sergio, jaja. Me alegra saber que sigues siendo todavía sombra y deseo. Un abrazo
Ahora entiendo a esos involuntariosos que pasan por la vida sin ser, sombras o reflejos, cualquier cosa menos seres.
ResponderEliminarUn abrazo
Otro para ti, Anita. Gracias por pasarte.
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