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El pasado es un muerto viviente ávido de recuerdos.
O bien un muerto viviente avieso de recuerdos.
En último término, tal vez sea un muerto ávido y avieso de vida.
En último término, tal vez sea un muerto ávido y avieso de vida.
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* El dibujo a tinta y acrílico es obra de Susana Pozo Romero.
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Venía yo a multar a tu peatón despistado y me encuentro con esta simbiosis entre el estupendo y desconcertante grabado de Susana, y tus palabras que, como siempre, redimensionan, reordenan, reorganizan y dudan, dudan dudan...
ResponderEliminarMe gusta mucho el resultado.
Besos para las dos.
El pasado se alimenta de recuerdos, sí, pero ¡ay del alzehimer! Me gusta tu manera de darle la vuelta a la vida y mirarla desde ángulos diferentes, Gemma.
ResponderEliminarAbrazos muy presentes.
El recuerdo es el pasado, muerto en vida.
ResponderEliminarEl recuerdo es una parte de la vida que fue, pasó, ocupó otro plano secuencial, pero no murió. Los recuerdos pueden enfermar de olvido y quizá se pierda alguna etapa, algún trozo, pero sólo se escabullen o se esconden.
ResponderEliminarSaludos
Siempre pensaba, de niño, que no existe el presente, que un segundo ya ha pasado, fragmentado en centésimas, y las centésimas en milésimas, por lo que solo existe el pasado y el futuro. Así que, si el presente no existe, que somos nosotros? Tu texto me ha hecho pensar de nuevo en la duración del presente, aunque tu texto hable mas del pasado muerto y enterrado. Abrazos.
ResponderEliminarMe gusta esa imagen potente del pasado como exigencia, reclamación, usura. Absorbe y reseca, como ilustra la imagen.
ResponderEliminarAbrazos a ambas.
El pasado es un futuro rezagado; arrastra un poco los pies y levanta una considerable polvareda sólo por llamar la atención. En realidad, mañana es ese ayer que sucederá ahora; el resto apenas purita ficción para estabilizarnos –y acojonarnos- las constantes vitales.
ResponderEliminarRuego me disculpes, pero este frío me provoca cortocircuitos en los transmisores neuronales.
Un pe tó intemporal.
Pasado, Presente y Futuro. A ver si al final va a ser cierta la tesis de la teoría de cuerdas y sólo existiría ese "y".
ResponderEliminarAbrazos.
Jesus, y dudan y dudan, como las pilas aquellas... Tienes razón. La duda como acicate literario. En mis escritos juega siempre un papel inspirador. Beso de vuelta
ResponderEliminarLola, ¡vade retro...!, entre un punto de vista y otro a veces solo hay una distancia mínima. Perseguirla y si hay suerte encontrarla es, para mí, una de las tareas clave de la literatura. Muchas gracias
Alberto, de igual modo, el muerto es el vivo recuerdo del pasado. :-))
Abrazos
Ada, me gustó tu creencia de que los recuerdos no mueran, sino que sólo se escabullan o escondan. Su existencia, de hecho, nos muestra que el pasado no es jamás un entelequia. Gracias por pasar.
Manu, que el pasado sea un muerto viviente lo convierte en una realidad inagotable, además de sorprendente. Un beso
Susana, lo viste muy bien. Se trataba de eso mismo, de transmitir una idea como la que expresas. El grabado de Susana Pozo me pareció ideal para intentar comunicar esa impresión de desasosiego que destacas. Un petó
Josep, me encanta tu punto de vista radical: ahora bien, si "el pasado es un futuro rezagado", ¿qué no será nuestro difuso presente?... :-))
Petons
Agus, ese "y" nos dejaría vibrando para siempre en el vacío. Quién sabe...
NOTA ACLARATORIA: A pesar de la etiqueta con que he bautizado esta nueva sección, "micrismos", estos textos no son microrrelatos, al no poseer narratividad alguna, sino parientes (más o menos lejanos o próximos) del aforismo, y de ahí que el nombre "micrismo" lo remede de algún modo... Lo de mantener la raíz micro- se debe al hecho de que, al no tratarse estrictamente de pensamientos quintaesenciados de una sola línea, admitían un desarrollo mínimo, como si divagaran (o dudaran, como ha dicho Jesus). A ver cómo se concretan...
ResponderEliminarFe de erratas: donde dice: "un entelequia", debe decir: "una entelequia"...
ResponderEliminarPara empezar, mis felicitaciones a Susana.
ResponderEliminarPara seguir, ya tenía yo ganas de no ponerte siempre una E de Excelencia. Lo tuyo es la triple S (sintaxis, sentido [orientación] y significado).
Y en mi modesto parecer, el juego de la triple V rebaja el nivel.
¡Uff! Ya tenía yo ganas de que algo tuyo no me entusiasmara. El exceso, incluso de virtud, acostumbra.
Jajaja, Nano. Es muy probable que ese empacho de V se deba al trauma que experimenté durante mi adolescencia con motivo de la emisión por la tele de la susodicha serie... ¿Te acuerdas?
ResponderEliminarUn abrazo (triple E)
Los grabados de Susana son así de chulos.