El colador
La mujer del pescador cuela el agua antes de beberla para no soñar por la noche con tempestades y naufragios.
Mueble donde el niño sueña, el joven fantasea, el adulto duerme y el viejo recuerda.
José María Cumbreño, “El colador” y “Cama”, Relatos relámpago,
Editora Regional de Extremadura, Mérida, 2007, pp. 24, 26.
Cama colador
Donde el niño sueña por la noche, la mujer del pescador recuerda al viejo fantasear con el agua antes de beberla el joven. Para no soñar tempestades y naufragios, el adulto cuela el mueble y duerme.
Echaba de menos tus malabares. Buen juego con Cumbreño, me gusta "la mujer del pescador recuerda el viejo fantasear con el agua". Me gusta esa cama colador.
ResponderEliminarKisses, sister.
Magnífico, querida Gemma.
ResponderEliminarUffffffffff, tanto tiempo sin venir que hasta han cambiado los fondos. Lo siento de verdad. Intentaré recuperar el tiempo perdido. Pero será a trompicones. El final con mueble colado me ha fascinado.
Un beso grandote,
Colador es espectacular. Me lo guardo para mis favoritos.
ResponderEliminarUn saludo indio
Donde la noche sueña, justo en ese espacio instante, todos ellos naufragan muy despacio entre imperceptibles tempestades. Tal vez el agua duerme, pero no se sabe.
ResponderEliminarUn petó.
Tus reescrituras son siempre sorprendentes y mágicas. Tendré que colar yo también los muebles para dormir. Besos y mi admiración, querida amiga.
ResponderEliminarEn estos juegos malabares que realizas Gemma, te confesaré que siempre se me escapa algo. Quizás por eso me gustan tanto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Te ha quedado un malabar muy magrittiano.
ResponderEliminarEchaba de menos tus malabares, como Olga. No conocía a Cumbreño, esto de los blogs es una cura de humildad constante. También lo es pasar por tu blog, compartidor y recreador de imágenes tan potentes, y húmedas en este caso.
ResponderEliminarBesos, Gemma.
Me apunto lo de colar muebles para los insomnios. Me da que debe ser efectivo.
ResponderEliminarAbrazos.
No conocía estos malabares. Buscaré más.
ResponderEliminarLlego de rebote; y volveré más directamente.
Saludos
Gabriel
Gemma, que las tempestades acurrucadas dilatan el sueño.
ResponderEliminarMe he bebido tus palabras como agua de ventana.
Un abrazo que no naufrague.
Sergio Astorga
Olga, pues hete aquí que ya volvieron. :-) Lleva razón Cumbreño: la cama suele colar a diario todos nuestros sueños. Besos
ResponderEliminarIzaskun, jaja. Es que si no, ya me dirás cómo iba a poder conciliar el sueño el personaje del micro. Fuerte abrazo
Indio, lo celebro. Muchas gracias.
Josep, pues yo me figuro esa agua como una especie de líquido amniótico destinado a acunar nuestros sueños más turbios. Forta abraçada
Isabel, jaja. Prueba a ver. Si te funciona, no dejes de avisarme. Abrazos
Agus, jaja, debo confesarte que a mí también se me escapan muchos sentidos. La gracia de este juego estriba, de hecho, en recomponerlos entre todos en lo posible. Un beso
Araceli, me encanta Magritte. Sus combinaciones ilógicas y no por ello menos significantes; la búsqueda del misterio de sus cuadros cargados de mensajes cifrados. ¡Muchas gracias! Un petó
Jesús, pues ea, eso tiene fácil arreglo: seguiré con ellos mientras os agraden y sorprendan. Gracias, y un fuerte abrazo
Isabel, fíjate que Isabel Romana también es de tu misma opinión. A ver si va a resultar útil y todo al final. :-) Gran abrazo
María, en efecto, se trata de un asunto de perspectivas. A mí me gustó la idea de que viejo y niño coincidieran a este propósito en sus anhelos. Un abrazo grande
Gabriel, pues celebro que te agraden. Ya ves que, para mi orgullo, tienen su pequeño público. Gracias y sé bienvenido.
Sergio, las tempestades contenidas dilatan sueños y encogen ánimos; qué le vamos a hacer. Siempre que puedo, procuro colar tus abrazos para que me lleguen sanos y salvos. Besos
Muy bueno los textos de Cumbreño, el primero es una joya. También excelente juego de reescritura el tuyo fusionándolos con un remate de lujo.
ResponderEliminarSaludos.
Gemma, menudo cóctel has sacado de los dos textos... El día menos pensado, me presento ante ti con tres o cuatro botellas, una coctelera y unas copas y me preparas una mezlca de ésas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Vaya, me he acunado en este mar de palabras. Esta noche soñare con recuerdos, evitando islas desiertas.
ResponderEliminarGabriel, fundir para rehacer de nuevo conservando el tono en lo posible, y sobre todo manejar estrictamente las palabras que aparecen en el original, aunque se admitan a veces flexionadas. También se debe evitar a toda costa el mero remedo. Este punto es el más difícil. En fin, se trata de buscar sentidos nuevos u ocultos a unas mismas voces a partir de su sola combinación. Bienvenido a estos malabares y un abrazo
ResponderEliminarVíctor, jaja. A lo mejor en vez de un bebedizo aceptable, me sale una pócima... Tú verás si estás dispuesto a correr ese riesgo. Abrazos
Veronica, no te olvides de meter bajo la almohada un colador en condiciones. Besos
Qué buen juego con las palabras, Gemma, de lo más interesante. Hay que explorar para dar con el cofre de las letras. Besos.
ResponderEliminarCelebro que te agrade, Manu.
ResponderEliminarGracias y un beso