En la DGT
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En la página web de la DGT encontraréis un micro de mi cosecha. Ángeles Prieto Barba, coordinadora provincial de Educación Vial, así como cultivadora asidua de microrrelatos y cuentos estupendos, ha tenido la amabilidad de publicármelo.
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Gracias, Ángeles
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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.
Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"
Me gusta mucho el micro, Gemma, se ve perfectamente el problema y nos deja pensando en ese "no atreverse y renunciar".
ResponderEliminarFelicidades
Leí tu micro. Luego ya no pude releerlo, por cosas del interné.
ResponderEliminarNo tengo carnet, pero por eso mismo nunca nadie fue capaz de condenarme por no haber infringido ninguna ley.
Nunca renuncié a volver a pasarlo y siempre me atreví a intentarlo de nuevo y a nunca renunciar cuando me suspendieron.
Besos.
Si puedes me mandas el texto a mi mail, me gustaría releerlo;)
Estamos juntos en el blog de la DGT, y podríamos decir que compartimos el mismo semáforo, el mío de día, en hora escolar; el tuyo de noche, en la hora en que nos visitan (visitan a tu mujer) los fantasmas. Enhorabuena y un abrazo.
ResponderEliminarFelicidades mega-escritora. Voy a leerte en un ratito y vuelvo.
ResponderEliminarBeso por delante.
Los que están perdidos encuentran en tus escritos una emoción cercana(que merecen).
ResponderEliminarHago mía esa desesperación de la protagonista.
Isabel, el micro pretendía mostrar ese momento exacto en el que debemos tomar una decisión. O no tomarla, que también lo es. Un beso y gracias
ResponderEliminarEva, pues ya somos dos: yo tampoco conduzco. ;-P Después de revisar el enlace, Ángeles Prieto Barba me comenta que "de vez en cuando da problemas la página de educación de adultos de la DGT, pero son intermitentes"; y me facilita este otro acceso, que copio aquí como recordatorio: www.educacionvialadultos.es y luego acceder al Blog Cultural, que se encuentra a la derecha". Un abrazo
Carmen, gracias. Celebro que te haya gustado. Tal como has observado, al personaje del micro le visitan los fantasmas. Un abrazo
Pues muchas gracias, Izaskun-generosa. ;-P
Besos
Nano, a mí tus palabras me parecen cercanas siempre. Lo que son las cosas. Un besazo
Pues debe ser que estoy perdida!!!
ResponderEliminarVuelvo leída, querida Gemma, y de nuevo asombrada. Me encantó el micro, me entristeció y me hizo reflexionar. Tres en uno. Y lo que escribieron para el uso didáctico del texto, Conrad incluido me pareció fabuloso.
Ahora, entonces, requetefelicidades.
La vida está plagada de momentos en los que hay que decidir.
ResponderEliminar¿ Te imaginas que tuviéramos que pensar cada una de las cosas que hacemos de forma rutinaria, que cada acto fuera realizado de forma consciente y por ello dependiera de una decisión meditada?
¿Inspiro o espiro? ¿me rasco el ojo? ¿cruzo las piernas?
¿te digo que me ha gustado tu relato?
Gemma, las decisiones juegan a las distancias, juegan a ser caracol de tierra.
ResponderEliminarMe gusta el micro, va y viene como la duda.
Felicidades.
Un abrazo desde la otra esquina.
Sergio Astorga
Izaskun, jaja, a fin de cuentas, perdidos lo estamos todos tarde o temprano. Por otro lado, está muy bien servirse, en la medida de lo posible, del género microrrelato para abordar situaciones reales, yo también lo creo. Besos y gracias
ResponderEliminarAraceli, cruzar un semáforo puede ser fácil si se quiere cruzarlo, pero qué difícil se vuelve todo cuando se cuestiona ese mismo respirar del que hablas. Un beso
Sergio, las decisiones son decisiones incluso cuando no las tomamos; ese quería ser en parte el tema del micro. Tú lo expresaste, como siempre, muy bien.
Un abrazo o dos
Querida Gemma, me ha vuelto a traicionar la cuenta google de mi hija (Carmen). Soy yo el que te escribía. Lo curioso es que el comentario se prestaba, ahora que me fijo, a otras interpretaciones: mujeres solidarias ante el semáforo. Pero yo, obviamente, me refería a mi semáforo vengativo, el del micro anterior. Besos.
ResponderEliminarEs curioso que el paso decidido la lleve hacia atrás. La no-decisión necesita energía, nos consume tanto como la decisión. A mí me apena que no haya pasado al otro lado, sobre todo porque ella quería pasar. Me hubiera gustado estar allí.
ResponderEliminar¿Qué habrá al otro lado?
Besos. (Ojala;-))))
Antonio, pues fíjate que esta vez no creí que se tratara de tu hija. ;-)
ResponderEliminarAbrazos
Olga, para tomar decisiones no sólo se precisa la energía necesaria para llevarlas a cabo, sino también la necesaria para sostenerlas y sostenernos. Un besazo