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En escena, apenas un fragmentito de cielo blanquiazul entrevisto desde la terraza. Es la hora de la siesta de un verano que emprende sus primeros pasos. El sobrino intrépido examina, concentrado, cuanto se desarrolla ahí afuera, auscultando con la cámara los sonidos procedentes del exterior. Pese a contar con la altura insuficiente de un niño de 8 años, cuenta también con el instinto indómito del artista. Nunca nadie dijo que ir en pos de vuelos escurridizos de mosca fuera tarea fácil...
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Antecedentes
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Un poco más lejos, casi de forma simultánea al transcurso de la primera escena, el entomólogo mayor es observado por la mirada rapaz del entomólogo menor, conocido allende los mares con el sobrenombre de Popi. Dirige la operación un maestro de ceremonias con alma y vocación indudables de náufrago. Si bien el primero persigue documentar con un novedoso enfoque oblicuo su trabajo de campo; el segundo persigue simplemente, como miquín que es. Se desconocen qué objetivos mueven al maestro de ceremonias.
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Es que las moscas y los sobrinos son muy caprichosos.
ResponderEliminarSalud, República y Socialismo
No sabría en qué -ismo encuadrar la obra de tu sobrino... Pero sí que sé que es hermosamente espontánea. Y mínima...
ResponderEliminarUn abrazo, G.
Vuelos de mosca, el entomólogo pequeño, el mayor, tú, nosotros.
ResponderEliminarCada foto distinta, y cada una con más perspectiva.
Eso he visto, un enorme catalejo que acaba no sé dónde y que tú has mostrado al prinicipio en escena (apenas un fragmentito de cielo balnquiazul...)
Ag.
Es el verano!
Besos.
¿Para qué conocer las intenciones del maestro de ceremonias? Basta con recrear la parada de la mosca.
ResponderEliminarEres increíble.
Besos.
Gran Jefe Popi y su hermano, el Hechicero Entomólogo, tener mi cuello como el de la Madre del Rey (¿sigue viva esa señora?).
ResponderEliminarSer inventores, junto con su honorable tía, de la novedosa perspectiva Qué Bien Se Ve Todo Desde La Cama (viendo el mundo como caído).
Es una casa peligrosa esa. El mayor persigue una mosca con una cámara mientras el menor le graba con una cámara. Seguro que alguien grababa a Popi. Vamos, que no te puedes meter el dedo en la nariz con tranquilidad porque quedas para la historia.
Antonio, jaja, sin duda alguna. Aquel día se confabularon ambos para arrebatarnos la cámara a mi madre y a mí, y no hubo manera de hacerles entrar en razón... Un beso
ResponderEliminarJoseba, se trataba de sus primeros pinitos con la cámara. Su actitud atolondrada cambió radicalmente en cuanto sujetaron sus respectivas cámaras. Como si se hubieran hecho mayores de golpe. Un abrazo fuerte
Olga, estos críos se chiflan por todo lo que sean pantallas e imagen... Imagino que debe de ser una regla general. Cuando veo la primera grabación (su primera grabación) pienso cómo enseguida decidió que era más interesante la realidad de fuera que la de dentro, por desconocida y conocida, supongo. Y vi en ese solo gesto, el de su elección espontánea, mucho acierto. En cuanto descubrí que el pequeño filmaba al mayor pensé en titularla "Mise en abyme", jeje. Sin duda la reflexión que esconde es la que apuntas: la del infinito punto de vista (aaunque sea en clave de humor), tan interminable como el número de participantes (y posibles visiones) que admita una escena cualquiera. Un beso bien gordo
Izaskun, jaja. En efecto, la primera escena resulta perfectamente independiente de la segunda. De ahí que no haya añadido una tercera... De hecho, las puse juntas para subrayar esa diferencia: así, mientras la primera es una recreación más o menos ficticia de lo ocurrido; la segunda se dedica únicamente a presentar los hechos al desnudo, sin invenciones ni añadidos que valgan; como si Popi fuera el director que observa la escena entre bambalinas... ;-P
Besazo
Nano, jaja. Parecería como si cada miembro de mi familia fuera con una cámara a cuestas por todas partes... Y no te faltaría razón. Lo más divertido de todo fue que me empeñara yo en que los pobrecillos vieran las cosas del revés, jaja. Sólo me di cuenta de mi error al pasar las fotos al ordenador. Ellos, por descontado, no dijeron ni mu. Tan grande es la fe que tienen en los mayores... ;-P
Un gran abrazo
Mega, comentario uno toma primera: el ojo explora la inefable sustancia del vuelo. Entomólogo mayor.
ResponderEliminarComentario dos toma segunda. Popi, entomólogo conocido por la montaña sagrada de estos territorios de Nuevo México, da constancia de los planos de la realidad, confirmando que el encuadre esta en proporción directa a la concepción personal del espacio.
Epilogo: un abrazo en toma abierta.
Sergio Astorga
Sergio, jajaja, muy perspicaz tu comentario. ;-P
ResponderEliminarBesos