Tal vez la solución estuviera ahí, en esos carteles que nadie veía de tan grandes. Si pudiera colgar algo parecido en mitad de la calle cada semana, con esa precisa intención... Si todos los días de su vida un cartel dijera o hablara, expresando -en dosis justas- ese empeño, ese clamor por querer, todo ese poso emponzoñando su trasfondo por no hallar vía ni acomodo; si todo ello pudiera asomarse y flotar, y tal vez -por qué no- planear un poco, con alas inmóviles del susto, tal vez toda esa ansia cargada de ansia no existiera así, y su vida fuera distinta: más desnuda tal vez.
..
Tal vez.
ResponderEliminarBellísimas imágines, querida Mega.
Durísimo sentimiento de ella.
¡Preciosísimo!
Un beso.
Alas inmóviles por el susto..
ResponderEliminarDosis justas de rabia...
Frases muy contundentes, Mega. Me ha gustado mucho. Vuelvo a leerlo.
He sentido que podía haberlo pensado una mañana cualquiera, y haberlo olvidado después con el tráfago del día. Dosis de rabia y contención, deseo de colgar carteles tan grandes que nadie ve; y ese clamor por querer, planeando un poco, volando incluso a costa de la inmovilidad que produce el miedo.
ResponderEliminarPero el ansia existiría. Menuda es:-)
Besos, Mega.
Hoy he ido flotando mucho rato:-)
Me ha recordado un relato de Borges, en el que el protagonista empieza a pintar en una pared el mundo entero, donde está el publo, el valle, las montañas, los ríos. Cuando ha terminado, se aleja para contemplarlo y vé que ha pintado su rostro.
ResponderEliminarTal vez, esa desnudez sería ella. Seguro.
(magnífico, Mega)
Me gusta la radiografía del estado de ansiedad que provoca la impotencia de la expresión.Emocionante.
ResponderEliminar¿Por qué algo tan sencillo puede resultar tan complicado?.Besos.
Izaskun, tal vez ese deseo de realizar lo imposible nos defina como pocas cosas. Otro para ti
ResponderEliminarAraceli, jaja. Fíjate que no había previsto que la insatisfacción pudiera tener un efecto tan positivo. Abrazo
Olga, vete a saber. Es muy probable que, como bien dices, existiera de todos modos, en otra proporción, aunque optara por disfrazarse... Besos
Nano, yo también lo creo (gracias por verlo así).
Doña Sigma, tal vez se deb a la natualeza misma del deseo: para mí, un manifestación del ansia por lograr que se sabe amenazada por la duda, el temor y, a veces, la imposibilidad de expresión.
Besazo
Ya me gustaria, y así , tamaño gigante .
ResponderEliminarVengo desde Barbara .
Un saludo
Lo he leído varias veces y no puedo dejar de asombrarme de lo bien que expresas esa ansia:volar, colgar carteles, gritar muy fuerte, decir BASTA YA, descargar, tener una vida "más desnuda". Genial.
ResponderEliminarCasilda, jaja, pues ya somos dos. Y bienvenida a estos ensueños.
ResponderEliminarMarisa, la situación puede ser muy clara cuando acontece. El relato de un deseo tiene que mostrar, en primer lugar, ese ansia insatisfecha: sólo narrando su naturaleza bulliciosa resulta entonces creíble. Un abrazo