jueves, 4 de diciembre de 2008

El oficinista

......
Se levanta, va al cuarto de baño, orina. A continuación, se lava las manos y la cara, se las seca.
Cuando termina, da media vuelta y se dirige a la cocina. Una vez allí, se prepara un desayuno frugal: café con leche de cafetera italiana, de los de verdad, y unas tostadas con mantequilla y mermelada de ciruela. Se sienta, echa azúcar en el café, se ensimisma. De pronto, se espabila.
-¡Uy, qué tarde!
..
Se ha hecho, en efecto, muy tarde, así que se mete rápidamente en el cuarto de baño, se descalza y da una ducha. Luego se afeita, peina y refresca. Esta vez no se perfuma. Aunque duda, finalmente se atreve a mirarse en el espejo, un poco de soslayo, eso sí. De inmediato se deprime. No se desespera.
..
Ya el maldito tiempo se le ha echado encima por entero, así que se dirige al recibidor y se pone la chaqueta deprisa y corriendo. De nuevo, se atreve a mirarse en el espejo: esta vez, la imagen sesgada de su persona parece haberse recompuesto algo más. Se saluda:
-Buenos días, don Pedro. Precisamente, hace tiempo que quería hablar con usted. Le tenía prometido un aumento de sueldo, ¿lo recuerda? Pásese a las seis por mi despacho; hágame el favor.
Se ríe, jajaja, y abriga. Ahora sí, se dispone a salir: se calza los guantes y el gorro ruso, y tras atusarse los bigotes -también rusos-, se coloca, cuidadoso, la bufanda, que el tiempo es muy traicionero, mientras se encamina feliz al trabajo, convencido de su inminente destino.
..

9 comentarios:

  1. Mega, te pueden los espejos. Lo que más me gusta de este micro es cómo tu recreación en los detalles (el desayuno, el aseo, los últimos retoques...) refleja bien la rutina con que todos hacemos estas cosas. Por ejemplo, ¿te has parado a pensar que cuando nos secamos con la toalla de baño lo hacemos siguiendo el mismo "itinerario" corporal?
    Un beso.

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  2. Añadidos:
    "Le tenía prometido un aumento de sueldo, ¿lo recuerda?" (Creo que ahora se entiende mejor...)

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  3. Fantásticos juegos de espejos, de rutinas asexuadas en principio, de nacionalidades que afectan a los mostachos. Muy muy bonito. Muy, muy bello y con esa promesa que todo lo puede.
    Un abrazo, Mega.
    ¿Las fotos las compones especialmente para? (Respuesta opcional).
    Un beso.
    Izaskun

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  4. Nuevo final: "convencido de su inminente destino".

    Antonio, los espejos me pueden, sí. Por su capacidad infinita de reproducir la realidad (alterándola apenas). Nuestros actos reflejos nos definen como pocas cosas. Un beso

    Izaskun, a veces tomo ciertas fotos porque me parecen escenas curiosas, extravagantes o insólitas. Claro que al utilizarlas en algunos micros, éstas pueden llegar a influir en la misma redacción del texto (aunque no siempre sea así). En esta ocasión, sí lo es cuando hablo de los mostachos rusos... Buena observadora. Otro beso

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  5. A mí también me han gustado los dos rusos, y en general este tipo tan raro y tan normal. Creo que es algo grande en apenas unos segundos de lectura, poder hacerse una idea precisa (cada uno la suya, claro) de cómo es un personaje, creer de verdad que existe. El mérito es tuyo, claro.

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  6. Mega, enfundado en mis hábitos, sin mostacho y con cachucha, y a sabiendas que mi comentario no tendrá un destino grandioso me dirijo a mi oficinacon la esperanza de verme en otro espejo.
    Un abrazo sin mostacho.
    Sergio Astorga

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  7. Bárbara, en efecto, se trata de un tipo my raro y muy normal. De hecho, con la repetición de estas distintas acciones rutinarias, y del pronombre personal 'se', me propuse mostrar a alguien normal y corriente con un punto de locura al albergar una serie de aspiraciones (de nuevo, la normalidad) totalmente inalcanzables...
    Sin duda, no es pequeño mérito el llegar a reconocer lo que el texto aspiraba a mostrar, y que no siempre consigue, claro. ;-)
    Un abrazo

    Sergio, jaja. Seguro que nuestro personaje tenía escondido en algún cajón de su escritorio un espejo con el que poder atusarse los bigote cada par de horas... Otro abrazo

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  8. anda pero si soy yo!!!!!!!
    (excepto por lo del mostacho...)

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  9. A mí lo que me ha enganchado es lo de "convencido de su inminente destino".
    No te puedes imaginar (tú que no lo has sido, ni lo eres, ni probablemente lo serás nunca) lo que "esa inminencia" puede significar para un oficinista.

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Hermosa vida que pasó y parece
ya no pasar…
Desde este instante, ahondo
sueños en la memoria: se estremece
la eternidad del tiempo allá en el fondo.
Y de repente un remolino crece
que me arrastra sorbido hacia un trasfondo
de sima, donde va, precipitado,
para siempre sumiéndose el pasado.


Jaime Gil de Biedma, "Recuerda"