Sobre las tablas, tres grandes hombres en fila india dan vueltas
en círculo sin demasiado entusiasmo. Ignoran quién los ha convocado y por qué
ese alguien caprichoso ha querido reunirlos. Los tres se hallan igual de
incómodos y malhumorados. En apariencia, no hay público que los observe.
.
De pronto, El pasado remoto, el mayor de los congregados aunque
también el más niño, se ha puesto a pelar una naranja de espaldas a sus
compañeros, como si no quisiera compartirla. El presente implacable ha
preferido no inmutarse, sabedor de que El futuro incierto tarde o temprano
termina cobrándose nuestras mezquindades.
.
Pero tras terminar El pasado remoto de comer su naranja, El
presente ha estallado sin remedio. Enojadísimo, ha decidido salirse del círculo
que formaban los tres; acaso un golpe de efecto para recuperar el protagonismo
perdido. Le ha bastado dar un paso al frente para ello.
..
EL PRESENTE IMPLACABLE: Señores, sigan ustedes sin
mí. No tiene sentido que les acompañe por más tiempo...
.
El futuro incierto, conocedor de su naturaleza resentida, de su comportamiento quejica e irresponsable, ha girado la cabeza para cerciorarse de
que, en efecto, el tipo acababa de cumplir su amenaza.
.
EL FUTURO INCIERTO: Y entonces, ¿cómo pretendes que nos las
apañemos?
EL PRESENTE IMPLACABLE: Como siempre hacéis, ¡vaya pregunta!:
repartiéndoos el protagonismo.
EL PASADO REMOTO: ¿Qué diablos le pasa a éste? ¿Está tonto?
.
El futuro incierto le ha hecho un gesto con la mano, como
diciéndole «Allá tú». Pero El presente ya no escucha, ni piensa moverse un
milímetro de su posición.
.
Pasan las horas y la situación sigue igual. En realidad, sin la
consabida mediación de El presente implacable, resulta harto difícil dilucidar
si El pasado remoto persigue sin tregua a El futuro incierto o sucede, más
bien, al contrario. En cualquier caso, parece como si El presente de ambos se
hubiera vuelto perpetuo. Implacable, sonríe satisfecho mientras hace mutis por
el foro...
tres tiempos complementarios de la misma cosa.
ResponderEliminarBesos creativos.
Muy audaz esta escena.A ver si pronto nos sorprendes copn un libro de relatos así de surrealistas y originales.Saludos.
ResponderEliminarMega, me ha encantado!es ingenioso, divertido y tan tan certero...esos tres tiempos de los que nos componemos...y ese presente al que a veces olvidamos tanto y que sin embargo es lo único real que tenemos...
ResponderEliminarme encanta, me encanta...
un abrazo!!!
"Le futur proche"... lo más cercano al presente...
ResponderEliminarComo siempre siento admiración por tus escritos y la facilidad que tienes para componerlos...
Una forta Abraçada Mega.
Hola, Mega, no te sorprendas si no puedes acceder a mi blog. Ya te contaré.
ResponderEliminarLo que más me ha llamado la atención de tu relato es la increíble fuerza al describir la escena. He podido imaginármela perfectamente, como en aquellas obras de teatro de los años 70, transgresoras y transmisoras de angustia.
ResponderEliminarPorque angustia es lo que con más fuerza me ha sugerido hoy tu relato.
Condenados a estar continuamente juntos, sin poderse soportar porque uno da sentido a los otros dos y el lazo (de Moebius, jeje hacía mucho) es indisoluble.
Genial Mega.
Me sitúo en un espacio-tiempo especial, el que nos cuentas. La fortaleza del que soporta descrito de una forma tan buena. Yo, al pobre presente, me lo llevaría a tomar un café o algo para que se sienta importante también, coño.
ResponderEliminarQuizá aquí contemplemos la guerra de los tiempos que se establece en el interior de toda persona, donde juegan papeles diferentes pero yuxtapuestos la memoria, el olvido, el ansia y el hoy, por citar algunos elementos temporales y sentimentales. En el fondo, probablemente todos estén condenados sin remedio a pactar una paz duradera que les permita seguir soportando la existencia.
ResponderEliminarVíctor, tres titanes que se disputan, feroces, hasta el último minuto. ¡Menudos son! Un beso
ResponderEliminarJesús, jaja. Gracias. Yo también lo espero. Un abrazo
María, en efecto. Al igual que tú, también creo que nos componemos de tres tiempos, aunque en general el peor parado sea el presente, en realidad el tiempo más devaluado. (De ahí la sensación terrible de que se nos escape como agua entre los dedos). Un abrazo
Selma, sin duda el futuro (hoy en día, más que nunca) nos gobierna por delante del presente, tan denostado el pobre, y del pasado, un tiempo de ensueño, con el relumbre de lo vivido. Abraçades
Leg, me gustaría poder acceder a tu página, espero que estés bien. Besos
Freia, jaja. ¿Quién ha dicho que nuestros tiempos se lleven bien entre sí? Aspiramos a ello, creo, aunque no siempre resulte fácil.
(De tanto jabón voy a convertirme en pompa). Un besote ;-P
Carmen, jaja. Pobrecín, sí. Habrá que sacarlo de paseo (y, si se porta bien, a bailar incluso). Un beso
Manuel, ¡bingo de principio a fin! Suscribo todo lo dicho por ti.
Besos