Se habían encontrado en el andén un día cualquiera. Ella se dio cuenta enseguida de que tenía su futuro al alcance de la mano, aunque en realidad no supiera cómo abordarlo. Fue entonces cuando el rostro sin rostro se le acercó.
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EL FUTURO: Óyeme. Soy tu futuro, ¿no me reconoces? Mírame bien.
ELLA: Ya veo... No te me acerques más, ¿quieres?
EL FUTURO: Concédeme al menos un minuto...
ELLA: Ya veo... No te me acerques más, ¿quieres?
EL FUTURO: Concédeme al menos un minuto...
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Pero no pensaba concedérselo, así que viendo el futuro que si no actuaba rápido iba a perderla, trató de asirla por el brazo antes de que fuera tarde. Fue en vano: a la primera curva del convoy, saltaba triunfante a la vía.
Al final sí lo tenía al alcance de la mano y supo cómo abordarlo. Esta vez no puede más el pasado, sino el futuro. O quizá, aunque buscaba abordarlo huyó de él. ¿O su propio futuro incierto provocó su futuro cierto? ¡Qué lío, ¿no?! ¡Qué delgada es la línea entre el futuro y el pasado! Y el presente es ... y se ha ido...
ResponderEliminarAntes el pasado pudo más que el futuro y ahora es al revés, pero el resultado es el mismo.
¡Ay! MegaMaga, no me hagas mucho caso que me he liado del todo.
Hola, Freia. Esta vez has sido más rápida que el rostro sin rostro, ya ves tú. ;-)
ResponderEliminarNuevo final (para añadir más confusión si cabe, jiji):
"ella saltó triunfante a la vía".
Hay quien dice que lo único que existe es el presente. Yo, al contrario, creo que sólo existe el pasado y el futuro, lo demás evanescencia.
ResponderEliminarUn beso, guapa.
Salud y República
Como sería su futuro para querer terminar en el presente.
ResponderEliminarO lo mismo fue el futuro, que conociéndose bien, provocó el salto triunfante a la vía.
O que el pasado no iba a poder congeniar bien con el futuro y eso provocó que el presente fuera algo más que difícil.
O vete a saber tú.
Un futuro saludo.
Yo solo creo en el presente, aunque para mi esa elección sea muy comoda. El pasado solo es recuerdo y el futuro solo es una propuesta sujeta a muchos condicionantes.
ResponderEliminarAsi que lo mejor es vivir intensamente el presente, aunque nunca hay que quedarse anclado en el pasado porque si el futuro es algo, eso es progreso.
Salud, República y Socialismo
Mega, he leído las dos versiones de este encuentro entre ella y su futuro. Me parecen inquietantes ambas. El final trágico e inevitable en las dos, pero en ésta añades más elementos que dan que pensar. ¿Por qué no tenía cara su futuro? ¿era incierto? entonces ¿por qué no le dio una oportunidad?...
ResponderEliminar"Saltaba triunfante a la vía"... también pudiera interpretarse como que vence a un futuro que no le gusta y escapa de él.
Besos (en presente).
El futuro nunca llega a tiempo. Es lo que tiene él...
ResponderEliminarEs lo que tiene el futuro: no tiene por qué resultar como uno (o una) desearía.
ResponderEliminarLa opción de ella: una de tantas formas (¿la única?, ¿la más rotunda?) de burlarse del futuro.
Freia, delgadísima. Antes, en efecto, pudo más el pasado. En éste, en cambio, ella (¿su presente?) salta a la conquista de su futuro, como si deseara burlarse de él... En cualquier caso, siempre se trata de un futuro incierto, sin rostro.
ResponderEliminarRafa, para mí el presente es más pasado que presente (pues enseguida se convierte en él). Por otro lado, ¿no son pasado y futuro igual de evanescentes? ;-)
Adanero, en realidad, ella sabía que por mucho que hablara con él, su futuro seguiría siendo igual de incierto. Una vez lo descubre, decide saltar "triunfante", por aquello de que la muerte es la única certeza del hombre...
Antonio, presente, pasado, futuro, ¡entelequias!
Carpe diem, sin duda ;-)
Luisa, no le da una oportunidad (supongo) porque desconfía de que esa incertidumbre vaya a sonreírle más en el futuro que en el presente. Por otro lado, salta triunfante a la vía pues, como dices, sólo poniendo fin a la vida sale de dudas.
Carmen, tampoco el pasado se comporta a veces como debiera...
;-)
Besos y abrazos
Viajero, nos cruzamos. Ciertamente, sólo quien está dispuesto a vivir la vida tal como le llega, es capaz de hacerle frente con optimismo. De ahí que ella pretenda (en vano) domesticar a su futuro... Abrazos
ResponderEliminarHe llegado ya con la segunda versión. Que a su vez es una hermosa versión de una historia mil veces contada, incluso en chistes: no puedes escapar de tu destino, porque cuando crees hacerlo te encuentras donde tu destino quería que estuvieras.
ResponderEliminarClaro que aquí podría parecer que se hubiera producido una revuelta, pagando un altísimo precio.
Benevolente conmigo que soy, y hasta mentiroso, prefiero pensar en un destino difusamente predeterminado.
Nano, se rebela (o eso cree) contra la incertidumbre, sí.
ResponderEliminarMorir para vencer... o para perder en tiempo presente, sin más engaños ni aplazamientos de por medio.
Besos
bueno, aquí es el destino casi el que no puede escaparse
ResponderEliminarme ha gustado mucho!
sabes que en el próximo taller del Bremen nos toca el mircrorrelato?
no pasarás de casualidad por Madrid? sería un honor tenerte con nosotros
Aroílla, el día que vaya a Madrid me encantará visitaros y conoceros. A ver si puede ser este próximo año. ;-)
ResponderEliminarPor cierto, ¿soléis publicar textos del Bremen en vuestros blogs?...
Besos